Le traigo otro resumen de mis cinco días – no sé cómo es posible pero simplemente me di cuenta de que solo en este tramo de tiempo me siento frente al ordenador a escribir emails.
Antes de nada, le doy las gracias por su tiempo y por su email. Me reí mucho y ¡qué sintético fue su email! ¡Pero 31 niños en el departamento... es una pasada!
Bueno, Madrid:
el lunes 16 de septiembre:
Las clases bastante bien - llegué a tener la palabra cuando todos tuvimos que contestar lo que habíamos hecho durante el fin de semana. Escuchamos una canción muy vieja que me hizo pensar por qué no habían escogido algo más actual (*Mecano: Cruz De Navajas). Pero luego hemos trabajado con la letra – tuvimos que pensar bien el fin de la historia y luego nos revelaron la última estrofa y nosotros lo comparamos. El camino de la uni fue guay como siempre, ya que en Madrid hace buen tiempo. De verdad hasta ahora ha llovido solo una vez. Aparte de esto las temperaturas oscilan alrededor de 28°C. Me visto con bermudas, vestidos de verano y con faldas y disfruto del verano que me había perdido en mi país (desde mayo no tuve tiempo para nada). Después de la comida a altas horas de la tarde fui a comprar ese vaso alto para la batidora de mano para no manchar el resto de la cocina como hasta ahora, ya que Emejota es ordenadísima. "Emejota" es el apodo para mi compañera de piso del sur que se llama María Jesús. Pero como se trata de un nombre demasiado largo para los españoles, por eso la llaman solo por las iniciales, las cuales son "eme" (como la canción de Leiva para Michelle, eh) y "jota", o sea, en conjunto es Emejota. Pero a mí me suena mejor simplemente "Eme". Al entrar en la tienda de artículos para el hogar, donde había elegido aquel vaso, saludé, enseguida añadí que era extranjera pero que intentaría describirles lo que necesitaba. En la tienda había dos vendedoras entradas en años. Una señora dijo que "Sí, lo tenemos." y se fue al fondo al almacén mientras la otra me cogió la oreja y me preguntó si esos pendientes son de verdad como un reloj y que son muy graciosos, lo que me alegró mucho. Luego continué a la FNAC, la filial local del centro comercial francés que se especializa sobre todo en discos y libros. Es que a esa hora allí tenía lugar la firma de disco de mi querido Andrés Calamaro, un cantante argentino y gran amigo de Leiva. Es un señor normal de cincuenta años que abandonó a su esposa y vive con una modelo que posaba para Playboy. Bueno, ¡pero como artista es buenísimo, en serio! Su disco me lo compré, sin embargo, ¡la cola se extendía por cuatro plantas! ¡Tan famoso es! Pero actué con cordura. Pasé de la cola y la firma porque quería dar un paseo por la ciudad, pero aproveché la oportunidad de poder estar en la área donde se firmaba y posaba para fotos con sus fans. Entonces le saqué una foto a él y disfruté la ocasión de verlo en vivo. Después di un paseo por la Ópera y el Palacio real. De camino a casa me gritaron tres españoles lo "guapísima" que soy pero aquí esos piropos no se toman en serio. Ellos gritan así a cada dos chicas que ven. El pan, incluso duro, sería un desperdicio gastarlo en ellos. Por la tarde, o mejor dicho, a las diez y media de la noche, llegó Begoña, la hermana de Inmaculada y mi tercera compañera de piso. Es pequeñísima y muy amable. Sin embargo, al día siguiente regresó a su ciudad natal. Vino solo debido a un examen y estará aquí desde octubre.
el martes 17 de septiembre:
El martes no me salió nada como lo había planeado, o sea, levantarme una media hora antes, garabatear los deberes que tenemos desde el viernes, llegar a la uni y más tarde por la tarde ir al Retiro (el parque que tengo a la vuelta de la esquina) con el libro de texto a repasar. Bueno, la alarma del despertador la pospuse tanto hasta que me rendí y dormí hasta las once (de la mañana, ¡ojo!). Luego me duché y "desayuné" y decidí que una vez que me había tomado la segunda y, a la vez la última ausencia posible, iba a cumplir mi gran sueño: intentaría avanzar el límite de mis recorridos por Madrid. Simplemente decidí llegar a la terminal del metro de la línea 5 Alameda de Osuna, que es por cierto -entre nosotros- ese barrio donde vive Leiva, y regresar a casa andando. Son unos 10 kms. Pero el chiste consiste en el hecho de que desde el centro de Madrid, de la Puerta del Sol, sale -entre otras- una calle que atraviesa todo Madrid hasta casi el aeropuerto. Para hacerse una idea, es lo mismo como si desde la Plaza Vieja de nuestra ciudad pasara una calle hasta Ústí y se llamara -por ejempo- Českotřebovská. Esta española se llama Calle de Alcalá. Hizo buen tiempo. Después de salir fuera del metro, tuve la impresión de que hizo demasiado bueno (cerca de los 30°) pero en realidad casi continuamente estaba caminando a la sombra y me mantenía en esa calle siguiendo las paradas del metro. Simplemente desde una parada hasta la otra. ¡Y se me pasó tan rápido y vi tantas cosas nuevas y extraordinarias de Madrid! De Alcalá quise girar a casa, ya que la calle donde vivo está al lado, pero eso no sería llegar hasta el final, así que -en suma- si tomamos en cuenta además ese rodeo por la Puerta del Sol, pues hice seguro unos 13kms de golpe. Y casi no me di cuenta. Seguía habiendo cosas que ver. Le enviaría las fotos pero de ese "paseo" saqué más de setenta. Pero en cuanto me quité los zapatos, tuve claro qué era lo que me había apretado un poquito (bueno, quizá muchísimo, pero yo al caminar no percibo ningún dolor). Pues, de esa foto no puedo privarle. Sepa usted que de Madrid volveré con el culo de Jennifer Lopez y con los dedos de Radek Jaroš (*explico: el famoso montañero checo que como consecuencia de una herida sufrida al escalar el Annapurna perdió varios dedos del pie). En casa las chicas me preguntaron qué había hecho hoy. Dije que había dado un paseo y que me dolían las piernas un poco. Echaron una mirada a mis pies y casi les dio una apoplejía. Y al contarles el camino que había emprendido casi les dio un ataque por segunda vez. Y yo me reí y dije "Si es solo una calle y pico". Eso significa "y un poco más". Y Emejota "ya, ya, una calle y pico, tienes razón pero ¡Dios mío!" Bueno, me senté frente al ordenador con intención de quedarme en casa. Pero como ya he dicho, el martes no me salió nada. En la web me enteré de que en mi bar favorito Búho Real, aquel bar pequeñísimo con el camarero o dueño simpático, tendría lugar un evento bastante interesante – un concierto de un cantautor –para mí desconocido (*Jorge Marazu), así que lo tuve claro: una ducha y salí. Allí descubrí que como invitados iban a actuar Rebeca Jiménez, a cuyo concierto voy mañana, y César Pop, al que veré el miércoles en la Galileo. Y además cantó una canción otro invitado y ese me encantó – ¡una voz y una expresión maravillosas! Fue una noche genial, el chico detrás de la barra también. Del Búho salí a las 0:02 y antes de la una estaba en casa.
pues el miércoles 18 de septiembre:
Me acosté a las dos de la mañana y me levanté a las ocho. Las clases bastante bien. Dino y Ana siempre nos preguntan si hemos descubierto una palabra o una expresión desconocida para nosotros, que los hagamos partícipe de eso, que nos lo explicarán. Entonces me pregunté por la palabra "bolo" que a menudo utiliza Leiva y ayer también ese tal César Pop, y muchos otros músicos. Dino, el estudiante del último curso de filología española, miró boquiabierto el texto que le había enseñado, no tenía la menor idea, YO (!!!) le intentaba aconsejar diciendo que debía de ser algo como "el concierto" y él dijo que era la primera vez que lo oía y que no sabía nada. Nos ayudó Ana. Esa palabra significa algo como en checo "štace". Luego escuchamos otra canción -para practicar los tiempos pasados- de Joaquín Sabina (que para usted es como el Pepíček Laufer español, si se acuerda). En el camino de la uni decidí sacar fotos para que todo el mundo supiera por qué no regreso en metro y esos 7 kms voy andando. Es tal preciosidad que en mi cámara tengo unas 150 fotos. O sea, por desgracia se las enseñaré según parece en febrero. En casa cociné y logré preparar una sopa d.e.l.i.c.i.o.s.a. de remolacha, que aquí se vende generalmente precocinada y en envase de plástico. Y reciclar plástico no es nada fácil, aquí hay pocos contenedores amarillos. En la web luego descubrí a ese cantante invitado de ayer. Se llama Dani Flaco y me horroricé al enterarme de que justo ahora (el miércoles por la noche) tenía un concierto individual en Madrid y yo no lo sabía y estaba sentada en el piso. Eso me dio mucha pena igual que mi otro descubrimiento – ese chico majo del bar Búho Real de vez en cuando actualiza allí bajo el nombre RASH y sus canciones me gustan también y justo mañana tendrá lugar su concierto. Pero desde las 21:30 yo al mismo tiempo estaré en Galileo en el concierto de Benjamín, Rebeca y Rubén :-( y por si fuera poco, en la tele en el Hormiguero, un programa divertido, había otro cantante conocido, Dani Martín. Ya no me gusta tanto pero si las chicas no estuvieran viendo otra cosa, pues lo pondría. Pero es probable que lo cuelguen en la web... bueno, ¡nunca se me ocurriría pensar que no me aburriría aquí y que mi agenda estaría tan llena que incluso se producirían unas colisiones así! Bueno, y para no olvidar - necesité pasar por la Galileo a reservar la entrada para el concierto de César Pop del próximo miércoles. Mi pie izquierdo, sobro todo el meñique, resistía con vehemencia pero al fin lo superó. De camino hice una gran compra en esa bio tienda mía y además allí encontré mis cósmeticos actuales de Dr.Hauschka. Bueno, simplemente allí están abastecidísimos, ¡es el paraíso en la Tierra! Ya lo disfruté a tope mucho tiempo. Luego corrí a la Galileo, esta vez equipada con un papelito con mi nombre para que el personal supiera enseguida a qué nombre quería la reserva. Bueno ¡y allí volvió a estar ese mismo señor del sábado! Me reconoció, charlamos un poco, me enseñó que ya estaba apuntada para el sábado y también me reservó ese miércoles. Bueno, y después - para que no sea poco para la señorita Horská (la pierna para la amputación y una bolsa gigante llena de una compra de cosas saludables) me pasé por la floristería a comprar una planta y una maceta de color. Una cosa así siempre necesito tenerla en la mesa para sentirme bien en la habitación. Descubrí una planta bonita llamada Potos e incluso con maceta no pagué más de 4 euros, así que estaba muy contenta. Y por la noche -después de llegar a saber todo lo que me había perdido de la cultura- me enteré de que en 15 días actuaría cerca de Atocha (la estación de trenes junto a la que vivo) mi Sabina (su Laufer) junto con el escritor y poeta Benjamín Prado y algo así no me lo puedo perder ¿eh? Entonces reservé la entrada inmediatamente. Es verdad que estará dedicado solo a la poesía, lo que será más difícil de entender, y a la vez es un pena no oírle cantar a Joaquín, pero quiero verlo en vivo a rajatabla.
el jueves 19 de septiembre:
Desde la cama salí con aversión ¡ay, dormiría mucho más! La clase de español de la mañana fue un coñazo porque aprendimos una gramática facilísima pero que la "selección alemana" no era capaz de entender, seguían preguntando si por casualidad no fuera posible utilizar "estar madre" en vez del correcto "ser madre" ya que la mujer no nace como madre y llega a serla mucho más tarde. Pero después del recreo, durante el que había salido a pasear escuchando Quique González y ronchando la manzana, la clase me gustó. Para la parte de la tarde llegó Louise, compañera de Francia. Desde el primer día me ha caído bien, una chica muy maja. Hace aproximadamente una semana elogió mis pendientes con forma de reloj, charlamos un poco, luego intercambiamos los números del teléfono y en el grupo hicimos un test de conocimientos interesante sobre Madrid. Eso me encantó. De camino desde la uni tomé otra calle que por la que suelo regresar, es decir, por la Calle Tutor, donde está la librería en la que esa tarde Benjamín Prado iba a presentar sus dos nuevos libros. Como lo tengo de camino, entonces fui a echar un vistazo para por la tarde no andar perdida. En casa me preparé una comida, copié las fotos de ese maravilloso paseo del martes a mi notebook y a la vez estuve hablando de algo por el Skype con mi mamá, después miré al reloj y me horroricé al ver que eran las 18:40 y el evento en la librería empezaba a las 19:30. Por un momento me vino a la mente dejarlo correr, ya que lo vería el sábado, pero luego agarré de prisa mi bolso, eché en él su libro, que había leído en agosto y que había comprado enseguida aquí en Madrid, por si acaso fuera la firma de autógrafos y no le molestara que se tratase de una publicación de hace seis años. De camino corría de veras, las calles llenas de gente, zigzagueaba lo máximo posible y me reía al pensar que si yo fuera conductor me quedaría sin carné a perpetuidad. Menos mal que esas piernas logran 6 kms por hora como máximo durante mi marcha (o mi "casi-carrera" como lo llaman en mi etorno). Bueno, claro, podía ir en el metro, pero eso Horská lo hace a regañadientes aunque pase todo el camino riñéndose a sí misma porque seguramente llegará tarde (lo cual para ella es aún peor que ir en metro una semana sin interrupción). Bueno, llegué corriendo allí a las 19:25, un poquito jadeante. Entré en la librería que era de grande como nuestra librería Paseka en Třebová, o sea, muy pequeña. ¡Y allí había cinco personas! Pues fui al fondo, allí había una escalera hacia abajo, por todas partes había mazo de gente y abajo, que no era tanto una sala como una habitación pequeñísima destinada a las presentaciones, un cuartito. Junto a la escalera me preguntó una señora si iba a asistir a la presentación de Benjamín Prado. Yo le respondí que sí (pensando "Qué guay, ahora me preguntará si tengo la reserva, yo le diré que no y puedo ponerme en camino otra vez.") Pero ella dijo "Vale, allí han quedado dos sillas, una está libre, ve a sentarte allí." Se trataba de una silla de la tercera fila, aparte de esto, en todos lados había gente, estaba lleno a tope y después ¡incluso la gente estaba de pie en la escalera! Allí era maravilloso. A eso de las 19:45 empezaron. Llegó Benjamín Prado y también un tal Joaquín, su compañero, no tanto un moderador, más bien un comentarista de sus libros. Se habló –lógicamente- de ellos. Por coincidencia uno de ellos, bueno, no es el tercer tomo de ese que tengo comprado que es mi favorito, pero de algún modo enlaza con el. Y el segundo libro es del protagonista de esos tres tomos. Un profesor que escribía cuentos pero como no tenía tiempo para componerlos y publicarlos, lo hizo el propio Benjamín Prado por él, un juego chistoso. Esos libros tienen lugar en la actualidad, pues hablan sobre todo de la crisis española. Se trata de unas novelas y de ellas esa tarde se debatía. Bueno, y me di cuenta de que como estaba allí sentada y escuchando con una sonrisa en los labios. ¡¡¡Me sentía tan increíblemente genial allí!!! Imagínese usted que aquella tarde al salir de la clase después de las clases de español me pusieron en la mano un folleto sobre otra fiesta de bienvenida para nosotros estudiantes de Erasmus (o sea, una discoteca con alcohol gratis). Tsss, los demás fueron, pero yo simplemente no quería perderme el evento de la librería. Era fantástico estar sentada en una librería pequeña y acogedora rodeada solo por españoles con el mismo grupo sanguíneo en cuanto al gusto literario. Tres españolas a mi lado agitaban los abanicos – también tengo que comprarlo, una cosa verdaderamente útil (a pesar de que uno salga a tiempo). Por todas partes había libros (nada de e-books modernos, sino de verdad ese olor del papel), Benjamín Prado ni a dos metros de distancia. Esa señora que me había indicado en qué silla podía sentarme lo moderó y ese Joaquín lo comentaba. Bueno, y yo entendía casi todo, me reía en los mismos momentos que los españoles, comprendía relaciones, disfrutaba de la escucha del español puro que amo tanto (nada de acento de nosotros los estudiantes de extranjero) y sobre todo saboreaba a tope ese hecho de simplemente estar sentada en Madrid en un ambiente tan fenomenal con gente tan maja y, querida discoteca: que te den por el culo (¡perdón!). Luego hubo un debate con nosotros los participantes. Cuando todo terminó después de las ocho y media y nosotros aplaudimos, entonces hasta me dio pena, podría seguir escuchando unas tres horas más. Pero después la gente se acumuló en la cola, yo entre ellos. Bueno, no quería admitirlo, sin embargo, todo empezó parecer bien de verdad. ¡Y tanto que síííííííí! Como el sitio era pequeño y yo era más o menos la décima en la cola, no tuve que esperar tanto y dentro de nada estaba delante de Benjamín Prado sentado, también yo con el libro en la mano pidiéndole la firma. Y como sé que aquí todos escriben los nombres, entonces le enseñé enseguida también ese papelito con mi nombre de pila (que ya llevo conmigo cuando voy a Galileo para reservar una entrada), que se escribía así ese nombre mío porque soy de la República Checa (lo dije un poco adrede porque sabía que él había pasado unos días en Praga y nuestra capital le había encantado). Y él me dijo que eso era fantástico y que qué hacía yo en Madrid, pues le dije que era estudiante de Erasmus y él sonrió y me escribió la dedicatoria y yo le dije que ya tenía muchas ganas de verlo pasado mañana en la Galileo. Al correr a la librería me pasó por la cabeza que si por casualidad conseguía su firma entonces echaría unas monedas al primer mendigo el que me encontrase, ya que en el camino veía bastante de veras. Sin embargo, volviendo a casa estaba fuera de mí – ¡qué noche tan maravillosa y qué experiencia! Además el tiempo – ya de camino a la librería hacía buen tiempo pero ahora hacía 25°C y soplaba un poco el viento entonces me dije que mi buena obra la pospondría para mañana. Al llegar a casa, Inmaculada me comunicó que iba a casa de sus padres 4 días y me preguntó si tenía algún libro español para leer en el tren. Pues yo me eché a reír y dije que sí, que lo tenía y enseguida lo saqué y a la vez añadí que lo tenía incluso firmado. A continuación me di cuenta de que, de hecho en ese estado de ánimo, ni me había fijado qué me había escrito. Entonces traducido para usted: "Para Kristýna, que viene de un lugar maravilloso, a juego con ella, Benjamín Prado, Madrid, septiembre 2013". Aaaaaaaaay, estoy en el séptimo cielo aunque sé que aquí esos piropos son habituales y que también en nuestro país se escriben dedicatorias personales. Pero simplemente todo junto me alegró muchísimo. E Inma dijo que un libro firmado así no lo llevaría consigo en ningún caso, que si pasara algo con él, qué va... que no leería. Yo me acosté a las 23 pero no podía dormirme. Por la noche regresó Emejota con sus padres y su tía. Ahora residen en nuestro piso – habían hecho una excursión a Madrid y habían aprovechado que las habitaciones de Begoña e Inma estaban libres.
el viernes 20 de septiembre:
Salí de la cama con menos aversión que ayer. Las clases hoy fueron desde las 10 hasta las 11, luego dijeron que algo tendría lugar en el auditorio y que desde la 13:30 todos iríamos a la cafetería en la planta baja de la facultad. Bueno, a las 10 ya no había clases, como siempre, solo charlamos una hora – el tema: la inmigración, bastante rollo. Desde las 11 en ese auditorio echaron para todos los estudiantes de Erasmus la película "Volver" de Pedro Almodóvar. No sé a usted, pero a mí sus películas no me gustan, o mejor dicho, no me gusta cuando se dice "la cinematografía española" y todo el mundo saca su nombre. Además, él es como nuestro Hřebejk (*explico: el director checo famoso Jan Hřebejk, sus obras más conocidas son p.ej. "Musíme si pomáhat"/" El amor en tiempos de odio" o "Pelíšky"/"Casas acogedoras") sigue rodando con los mismo actores, concretamente por ejemplo con Penélope Cruz que a mí tampoco me gusta mucho porque es demasiado conocida y a mí me interesan meramente las actrices españolas desconocidas en el extranjero. Y como Ana y Dino nos han dicho, tampoco es muy popular entre los españoles, se dice que habla solo con los medios extranjeros para estar "in" y ser una "gran actriz" y que su esposo, Javier Bardem, también. Entonces me alegro de no indignar a nadie al decir que Penélope me deja fría. Pregunté a Louise, a esa compañera de clase de Francia, cuál era su opinión sobre las películas de Álmodovar y ella me dijo que no lo conocía de nada. Eso me hizo gracia. Pues yo le dije que a mí no me gustaba nada, que me parecían locas, al verlas uno tenía que estar de un humor oportuno y había que dejar los prejuicios aparte. Y ella dijo que si fuera una película estúpida, que con ese tiempo tan bueno no quería estar metida en la sala y que se piraría. Y yo le respondí que me piraría con toda libertad dentro de una hora también. La película empezó. Después de 10 minutos Louise me empujó con el codo susurrando con su gracioso español-francés "qué horrrrrorrrr" y "quierrro irrrrrme". Pues, nos largamos, jajaja. Una parte del camino fuimos juntas, nos dijimos "Los números de teléfono los tenemos la una de la otra, pues nos llamamos y luego salimos juntas a alguna parte." Nos despedimos y yo fui andando contentamente a casa. Louise es simplemente maja, una de esas francesas típicas con un acento maravilloso. Cuando ella habla francés debe de sonar precioso. Es la única a quién le perdono ese acento porque es gracioso. Una persona simpática a primera vista. Bueno, llegué a casa, por la tarde fui por fin al Retiro, la verdad es que solo una hora pero el libro de texto lo saqué por fin. Y ahora estoy sentada aquí escribiendo y mirando a la barra de desplazamiento a la derecha cuánto texto he vuelto a escribir. Acaba de regresar la familia de Emejota pero dice que están tan cansadísimos que van a acostarse enseguida. Entonces me río de que se vayan a la cama antes que yo. Logré enseñarle a Emejota la firma de Benjamín, también le gustó. Y yo ya no siento los dedos. Pues me despido (probablemente otra vez hasta dentro de cinco días). Vivo aquí tantas cosas que si escribiera los emails cada dos semanas, estropearía el ordenador.
¡Que tenga un buen día! Treinta y un niños es una pasada pero usted se las arreglará y después de cuatro meses (y pico ) otra vez seremos dos para todo. ¡¡¡¡Salude a todos!!!! Y cuando tenga tiempo, espero con ilusión también su email, pero como he dicho ¡"no stress"!
Su Kristýna desde Madrid
Bueno, y unas cuantas fotos:
Pues, no sé en qué orden las recibirá pero allí hay fotos de la ciudad – el camino por donde vuelvo de la uni; ese señor de gafas negras es un cantante argentino: Andrés Calamaro; Benjamín Prado es ese señor alto vestido de traje; la librería y la firma; un mapa pequeño ilustrativo de la ruta por donde fui esos 10 kms y pico; mis piernitas;y el parque del Retiro
K.
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