Ir al contenido principal

El megaemail n° 12

¡Mi querida maestra!

Un mes nuevo, un megaemail nuevo. Sin demora y sin discursos, vamos:


 

el viernes 1 de noviembre:

Pues ya está aquí. El uno de noviembre. Un día festivo para mi estómago y mi cerebro. Me levanto y salgo a la cocina para prepararme sopa de miso y mijos con zanahoria. Sin un desayuno de calidad y abundante, mis células no las pongo en marcha, hoy sería adecuado decir ni las "pongo en habla" – hora Hache, o sea, el momento de la gran suelta de lengua se acercaba también. Pero primero esa comida. Enciendo la cocina, es decir, esa placa inductiva, pero sin ninguna reacción. En septiembre a veces pasó que había dejado de funcionar, pero durante todo octubre fue bien. ¿Y ahora qué? Tengo la verdura cortada y una hambre canina. En el piso estaba solo Inma, pero duerme, no puedo despertarla, Dios sabe cuándo llegó. Así que por ahora mastico la zanahoria, aquí no tengo nada más que no requiera tratamiento térmico. Una desventaja de la macrobiótica (y de mi gula obsesiva, hay que añadir). Después de una hora de espera me rindo, y decido cambiar una situación inesperada en mi favor. Cerca del Retiro hay una, bueno, no es una cafetería, pero algo de este estilo, donde hacen también desayunos. Hace mucho que quiero pasar por allí a comer. Al ponerme el vestido (jajaja, y eso que estamos a noviembre) recibo un SMS. Escribe el Fondista, ex Pelmazo del Retiro, ahora por Bára, mi amiga de Pilsen, renombrado como el Loco. Dice que si sigue sin entender mi desinterés, entonces es un loco y ya está. Pues, el Loco pregunta por qué no le respondo, me asegura que soy una persona extraordinaria y quiere saber si tal vez él hizo algo malo. Sí. Me sonsacó mi número. Continúo ignorándole. Del piso me voy, "por supuesto", en el momento en el que Inma se levanta. Le comunico que la placa otra vez no funciona y que yo estoy a punto de salir. Algo en el pasillo arranca y la placa va. Pero yo también. En las calles hay tanta gente como en Václavák (*explico: se dice en checo y se refiere a una de las plazas más importantes de Praga donde suele haber muchísima gente), según parece hoy es un día festivo. Por cierto, en España no pasa ni un mes sin algún día libre oficial. Pero como adrede, de nuevo cayó en viernes, cuando no tengo ninguna clase (en checo ninguna escuela :-)) y no saco provecho de eso tanto como desearía. Cuando por fin encuentro mi local deseado, tengo que constatar que no hay masas de gente solo en las calles, sino también en los restaurantes y bares. Tengo mucha hambre, sin embargo, me dirijo con diligencia a una pastelería cercana en la que había estado con mi mamá y mi hermana. La verdad es que no se trata del mejor comienzo del nuevo día (eventualmente también del nuevo mes), pero eso ahora da igual. En cuanto llego allí, se me salen los ojos y me suenan las tripas. Sé que Madrid tiene casi 4 millones de habitantes, pero ¿todos tienen que salir justo en el momento en el que necesito desayunar urgentemente? Maldita sea. Al final, entro en el chino más cercano con alimentos e intento encontrar por lo menos algo como una galleta. Pago y con ella voy a sentarme a un banco cerca de la Ventas – esa plaza de toros. Por cierto El Fondista/El Pelmazo/El Loco aquella vez en el Retiro mencionó que vivía a cinco minutos de ella, así que al comer esa asquerosidad me digo: ¡Por Dios, espero que no esté comiendo debajo de su ventana! Al final, como solo la mitad porque esa cosa está asquerosa que te cagas. Voy a buscar algo mejor. Avisto una butaquita bonita y cómoda, por desgracia se trata de un escaparate de una tienda de muebles. Pero luego encuentro la cadena Granier, donde pido un café con leche y un bocata de queso y jamón. Ese incluso me la tuestan, así que la barriguita "pone cara" de satisfecha y yo después de esa caza de comida, también. En cuanto estoy saciada, me doy cuenta de que, de hecho, estoy en la mitad de mi querida Alcalá y decido llegar a su fin. Si hoy es día festivo, debe de estar abierto también el Capricho. ¡Y claro que sí! Paso un poco de tiempo sentada allí, además atiendo la petición de una chica de sacarle una foto con su novio, y de nuevo voy a casa. A pie. Del medio maratón algunos comentarios: hoy no se fuma tanto, por otro lado, todos estarán en el metro, esta ruta la hago andando solo yo. Los dueños de los perros aquí llevan bolsas de plástico – una porquería no ecológica y no degradable. Ay. "Redescubro" una tienda de calzado con los zapatos que me habían gustado. Lo único que recordaba era que se encontraba en algún lugar de la calle Alcalá, lo que es, con respecto a su longitud, lo mismo que saber que estaba en alguna parte entre Madrid y Zaragoza. Con el cambio de horario anochece antes y eso tiene un buen resultado – no tengo que reprocharme tanto estar sentada en la habitación por la noche en vez de recorriendo Madrid. Cuando alguien me para con alguna pregunta, me cuesta concentrarme para no contestar automáticamente en checo – me siento aquí igual que en Praga, estupendamente. A casa voy por el camino principal del Retiro, por el que todavía no he ido. Es increíble lo enorme que es ese parque y todo lo que uno puede encontrar allí. En la puerta de casa siento gran alegría porque hoy recorrí Alcalá en ambos sentidos sin problemas (además estrené nuevos zapatos cómodos), me puedo proclamar definitivamente curada del resfriado otoñal. Me siento fenomenal. En el piso alterno con Inma – después de mucho tiempo va a casa de Juan, dice que a alguna fiesta. Pregunta dónde estaba, así que solo sonrío y digo que lo puede adivinar. Alcalá, claro. :-) Luego pregunto yo – quiero ver qué y dónde hace falta poner cuando la placa "está en huelga" y también qué significa "O SEA", la expresión que sin parar utiliza Inma, Leiva, los profesores, simplemente todo el mundo. Piensa cómo puede explicármelo. Le propongo que me lo diga en inglés, ella ofrece alemán. Del traductor de Internet llego a saber que es "ČILI/NEBO-LI/TAKŽE". ¡Yupi! El misterio solucionado. Me quedo en el netbook – le envío el megaemail número once y leo que Ariel Rot cancela su gira por enfermedad. Pensaba ir el jueves a su concierto, sin embargo, ahora no se realizará. Pero ha aparecido otro – César Pop en Libertad. Eso me alegra mucho – primero porque Libertad es ese fenomenal local de culto donde estuve el miércoles pasado en el concierto de Dani Flaco y también porque Libertad lo conocí justo gracias a César y no por Leiva. ¿Qué rareza eh? :-) Pero a César lo conozco a través de Leiva, así que debo moderar la euforia. :-) Siento alegría por verlo otra vez – en septiembre estuve en su concierto en la Galileo y ¡fue una noche muy agradable! Y otra bomba – Vikxie (ese primo de Leiva que alabó muchísimo mi vinilobolso) tendrá un concierto en la FNAC. Una ocasión ideal para comprar su disco y tenerlo firmado. Espero. :-) Me acuesto bastante pronto. Estoy aquí sola, así que por qué no aprovechar esa tranquilidad y oscuridad. :-)
 

 

el sábado 2 de noviembre:

Cuando me despierto averiguo que Inma no ha llegado por la noche y yo sigo teniendo el piso solo para mí. Después del desayuno, en la hora de la comida (claro, cómo no), me pongo al día con los trabajos pendientes – por fin lavo las sábanas e incluso el cubrecama, que convertí en edredón para no helarme; de acuerdo con el horario de limpieza friego el pasillo y el aseo; escribo emails a mis amigas y subo al Facebook las fotos madrileñas de octubre. Y como fuera hace buen tiempo, me ordeno a mí misma por lo menos un paseo corto por los alrededores. Aunque desde el balcón no lo parecía, hace bastante frío, seguro en comparación con ayer, así que recorro solo la calle pricipal detrás de Atocha y de paso por Museo Reina Sofía vuelvo a casa. Aún me paro en el chino a comprar una barra de pan para tener algo en lo que pueda untar los restos de mi puré de legumbres y ¡qué descubro! – ¡las galletas Príncipe en un paquete de cuatro! ¿Entiende? ¡Yo podía ahorrar euros y kilojulios! Después de llegar a casa averiguo que el puré se me pudrió. Bueno, qué podía esperar después de una semana. Entonces la barra de pan me la jalo "en seco", lo remato con galletas y la decisión de comer bien la pospongo al lunes. Luego descargo "Výměna manželek" / "Me cambio de familia" y a pesar de la intención original, lo veo. La verdad es que el jueves me prohibí decididamente ponérmelo antes de hacer los deberes para Psicología, no obstante, la prohibición se refería al episodio nueve y este es el diez. ¡Mira, mi yo de hoy fue más listo que mi yo de anteayer! :-) Por la tarde aparece Inma y me comunica que llegarán sus padres y Begoña con Alejandro. La mamá va con las chicas al teatro y el papá y Alejandro reparan la ducha. Es que hace más o menos tres semanas se rompió un gozne de la persiana retráctil. En el cuarto de baño pelean con eso un buen rato. Luego oigo cómo el papá me llama preguntándome si sé dónde hay en el piso un PEGAMENTO. ¡¡¡Olé, olé, olé, él se refiere a la cola!!! Si esto lo conozco ya de Begoña. Tengo que decir que no tengo ni idea, sin embargo le ofrezco el mío, ese instantáneo, que, al verlo, se le encandilan los ojos y se alegra. Aunque según el nombre debería pegar enseguida, la ducha está vedada para hoy. Le enviaré la foto. :-) Luego quería ver "StarDance" (*explico: "StarDance ...když hvězdy tančí" / "StarDance ...cuando las estrellas bailan" / "Mira quién baila" es la versión checa del show de la televisión británica "Strictly Come Dancing" en la que compiten parejas compuestas de un bailarín profesional y un personaje conocido –actores, modelos, cantantes, deportistas, etc.), pero online no era posible y por el Skype era un horror. A la cama voy con planes para mañana (bueno, con respecto a la hora avanzada, para hoy) – por fin hacer los deberes de Psicología, ir a comprar frutas y verduras. Y después de que Google me descubre que ese libro para Didáctica que es imposible de conseguir es posible conseguirlo en Casa del Libro, hace falta pararse también allí.
 

 

el domingo 3 de noviembre:

Cómo me jactaba a usted de que había logrado romper la maldición de los martes y en estos últimos días he estado currando como un chino como me había propuesto, pues voy llegando a la conclusión de que lo relevaron los domingos. Ejem. Alcalá la recorrí anteayer incluido el Capricho, limpié ayer, o sea, hoy, ¡por fin! esos deberes. Pero ese tiempo. ¡Hoy ha hecho otra vez tan buen tiempo! Hasta las dos resistía, pero luego me dije que llegaba la hora de hacer aquella compra. Cuando Begoña y Alejandro me preguntaron si iba a tomar pollo con ellos, dije que no, que acababa de comer y que estaba a punto de salir. "¡Pero gracias!" Sin embargo, ojo, ese "PERO" lo dije en checo ("¡...ALE děkuji!"). Horská, Horská, está bien que te sientas aquí como en casa, no obstante, no deberías exagerarlo y ya en absoluto mentirte a ti misma diciendo que seguro no lo oyeron... Y ¡ojo! Tras la puerta entreabierta, avisté a Begoña y Alejandro en un abrazo apasionado. Él no puede ser su primo. Me como la cabeza intentando formular la pregunta para llegar a saber cómo están las cosas y a la vez para no parecer un adoquín que lleva un mes pensando que Begui da posada a su pariente. Si se le ocurre una formulación oportuna, mándemela con urgencia en forma de SMS al número bien conocido. :-) Se lo agradeceré. Fuera me dirijo tras el Retiro al barrio Goya, a Casa del Libro, donde deberían tener ese libro para Didáctica. Paso casi una hora buscándolo, cuando pregunto por él me dicen que no lo tienen pero pueden pedírmelo. Lo recibirían el miércoles. Hm. Pero yo lo necesito para el martes. Acto seguido, la vendedora me revela rápidamente que lo tienen en la Casa del Libro de la Gran Vía. Aaaaaaaa. Estoy salvada. Pero también más pobre. Es que había bastante cola para la señora - sabe, una tienda de cuatro plantas en las que se pueden encontrar quizá todos los libros que han sido escritos, pero un lego no sabe buscarlos y tiene que preguntar. Y yo entretuve la espera hojeando los libros expuestos al lado de la caja de la sección de Filosofía. Estaba convencida de que esas estupideces sin sentido y alargadas sobre la esencia de la entidad no pueden amenazar mis finanzas. Pero descubrí un bestseller inglés, por supuesto traducido al español, un libro que nos explica la filosofía a nosotros los tontos (de la facultad de filosofía, debería añadir :-)). Pues, la tienda, la abandono con 11 euros menos, sin Lingüística aplicada a la enseñanza-aprendizaje del español como lengua extranjera pero sí con Una pequeña historia de la filosofía. Que viva Horská. Pienso qué hacer ahora. Probablemente debería ir andando o en bus a la Gran Vía, por el móvil controlo el horario de la filial de allí, el móvil dice que abren desde los lunes hasta los sábados de las 9:30 a las 21:30. Y hoy es domingo. Pero ¡qué mala suerteeee!, jajaja y empiezo a andar por la Alcalá en dirección aeropuerto. La cabeza protesta y riñe, cotorrea que vuelva enseguida, sigo estando sin los deberes y la compra de la comida, pero las piernas descaradas abajo hacen que no la oyen y continúan andando alegramente hacia Alameda. Además, de camino me llevan a una droguería a por una sombra de ojos. No soy capaz de elegir. "Tengo que" tomar dos. Pero teniendo en cuenta que me interesaban tres, es un éxito. Como originalmente salí por un momento solo a la librería y a la tienda para la fruta y verdura, no llevo conmigo ninguna comida y hace mucho que la sopa la digerí. Se me ocurre ir otra vez al Granier, de camino hay varios. Aquí en Madrid, a diferencia de la República Checa, para mí es esencial intentar hacer nuevas cosas e ir a lugares diferentes. Así que paso por alto la primera cafetería, donde estuve el viernes, con la intención de pararme justo en la siguiente. No sé si es por el hambre, pero pensaba que esa filial siguiente estaba situada mucho más cerca. Cuando -por fin- la encuentro, pido un café con leche y un bocata de jamón. Por favor, no confunda usted las expresiones como "Ser vegana" con "Tener una dieta vegana". Hago esfuerzos por conseguir lo segundo, para después poder tomar sin reproches de vez en cuando esas meriendas españolas típicas. Refrescada de verdad llego hasta al Capricho, allí en un banco leo un capítulo de ese nuevo libro filosófico y empiezo a andar de vuelta a casa. No. Esto en serio no es ningún resultado deportivo extraordinario. Esto es una huída corriente y moliente (e ingenua) de las obligaciones. Ay. Y yo, además, tengo el descaro increíble de celebrarlo – es que en un concierto oí a una chica exclamar que iba a pedir otra vez una cerveza porque era "Hija de Mahou", lo que significa "Hija de esa cerveza". Así que a ejemplo de ella, camino exclamando que yo soy "Hija de Alcalá". Ya anochece y hace mucho viento. Después de dos kilómetros me decido a tomar el metro. Cómo me gustaría continuar andando, pero podría constiparme, lo que causaría otra limitación de mis medias maratones de Alcalá. Lo que es una visión tan horrible, que un viaje aburrido por el metro comparado con eso es nada, además el tiempo ahorrado lo podré dedicar a aquellos deberes. Claro, a pie me tentaba también eso que me había prometido a mí misma de camino de vuelta: pararme en El Rincón de la acera opuesta de Alcalá, donde venden golosinas y cosas insanas de ese tipo. Pero imagine usted, cuando bajo en Atocha, una tienda El Rincón se me cruza en el camino. Eso fue fatal. Me llevo almendras de chocolate para que los deberes sean más soportables. En casa, en la web, solo de casualidad averiguo que la información sobre el horario de la librería en mi móvil extramegahípermoderno no se me mostró completa, simplemente los domingos abren, desde las 11 hasta las 19. Menos mal que lo leo ahora, podría haberme quedado sin el paseo y las almendras. Pues, pasaré por allí mañana. Ahora me pongo a hacer los deberes de Psicología. El trabajo decido animármelo con mis canciones favoritas. Cuando en Youtube me pongo Dani Flaco (=ese cantautor cerdo), me fijo en los vídeos de al lado recomendados: música para activar hemisferios, música para estudiar, música para concentrarse. Me entusiasmo con que es mi salvación. Ejem. Al final, paso casi tres horas escuchando unas melodías extrañas, no obstante, no escribo ni una coma. Por otro lado, esa música me evocaba fuertemente los mundiales de patinaje artístico sobre hielo y yo casi casi resistí la tentación de ponerme algún vídeo de la exhibición. O sea, todo mi esfuerzo lo invertí, esa música "guay" en vez de animarme me aletargó y de los restos de las fuerzas me privó ese paseo no planeado. Lo siento, la cama me llama.
 

 

el lunes 4 de noviembre:

Los lunes me gustan. Uno puede dormir bastante, comer, vestirse y ¡hurra! pasear con una parada en la facultad, allí oye un poco más de una hora las curiosidades de Psicopatología y todavía con la luz del día ¡yupi! a casa. Hoy aprendemos a cómo librarse de las adicciones. Una de las posibilidades es tomar una sobredosis, simplemente hay que encender sin cesar un cigarrillo tras otro hasta que uno se sienta malísimo, el cerebro conecta este estado con fumar y usted ya no tendrá ganas de ver el cigarillo por el resto de su vida. Una idea interesante. El Hablador lo deja a las 14:40 en vez de las 15. Ese tío me complace mucho. De camino a casa entro en todas las tiendas en las que puedan tener gorros. Las vueltas de la uni después del anochecer eran sin gorro crueles, igual la Alcalá de vuelta de ayer. En las tiendas tienen todo lo posible – bufandas, guantes, orejeras, excepto aquellos gorros. Sobre cómo las madrileñas sobreviven el invierno, no tengo ni idea. Logré descubrir solo un gorro de lana, concretamente en Zara, que es una cadena española, o sea, perfecto, pero tiene un pero – se trata de la mercancía de la colección de niños. Sin embargo, me prometo que si no encuentro nada mejor, mañana regresaré a por él. Y cómo podría averiguar después de una hora que si me lo hubiera llevado enseguida, me habría ahorrado el camino de mañana. ¡La oferta es un espanto y eso que estamos a noviembre! Ay, y una cosa - estoy metida en un lío: estuve en la librería de Gran Vía, en cada planta me di el gusto de conversar con el personal sobre el tema "dónde encontrar aquella Lingüística" y en el sótano llegué a saber que no la tenían. Dicen que es raro, pero no, no la tienen. No hay otro remedio que disculparme mañana. ¡Hostia! Me da tanto apuro que ni puedo alegrarme del tiempo libre inesperado que logro por culpa de no tener dónde leer ese segundo capítulo. Ay de mí. Todavía tengo que comprar la comida, a la cesta en el Express Carrefour echo el queso y unas ganchitos, o sea, algo para producir mucosidad y saturarme. Luego en la estantería me fijo en las galletas Príncipe, además más baratas que las del chino. Sí, es noviembre, incluso lunes, o sea, el principio de todos los principios si estoy hablando sobre una dieta saludable, eventualmente el fin de todos los fines si me refiero a esas galletas malditas. Pero sabe usted lo que hoy ha dicho el Hablador. Así que de otra manera. Es evidente que no las logro dejar de comer de buenas a primeras, o sea, cambiaré de estrategia – me hincharé de comerlas y esperaré a que mi cerebro caiga en la cuenta antes de que en la báscula la aguja se incline a la derecha. Aún me hago recargar el saldo y voy a casa, donde me esperan los debres pendientes de Psicología, cuyo deadline es hoy a la medianoche. No sé cómo empujarme para terminar este trabajo, he tenido más de una semana para hacerlo. Me rompo la cabeza con eso, es una lectura de 12 páginas de alguna revista científica médica. A ser sincera, si lo imprimiera y me esforzara de verdad, entregaría un trabajo aceptable. Pero por otro lado, cuanto más alto ponga el listón, tanto más podría pagarlo. Así que cambio la táctica y respondo las preguntas con el español más fácil que existe, con frases muy cortas y con el nivel de un tonto. Por un lado me avergüenzo por ello, pero yo ya estoy tan hastiada y harta de ese permanente "hacer deberes por hacer deberes" desde los estudios en el instituto. Por la noche en los portales españoles aparece una noticia sobre que el gobierno redujo las becas de Erasmus a los estudiantes españoles, que ahora están de una estancia de estudios en el extranjero. A menudo se trata de gente de esas familias donde como mínimo un padre está en paro, para su estancia tenían que ahorrar mucho tiempo, hacer un trabajo temporal o pedir prestado el dinero. Y me avergüenzo por segunda vez. Yo vivo aquí como una reina. En las discusiones leo las opiniones que así está bien, si ese Erasmus en realidad no sirve para estudiar sino para ir de juergas. Bueno, estoy de acuerdo solo en parte – servir para estudiar si los mencionados se refieren a ese empollado asqueroso entre cuatro paredes de la facultad, de verdad no es y ni debería ser. Erasmus es una oportunidad estupenda para aprender un idioma, conocer una cultura diferente, lugares diferentes y gente y también (para nosotros universitarios) aprender algo puramente práctico – pagar en euros, lavar en lavadora, correr por las oficinas, orientarse en una gran ciudad, estimar la alimentación para una semana, etc. Y como yo confirmo, también pueden disfrutarlo los solitarios introvertidísimos. Con Marcelka coincidimos en que si algo lo estropea son justo esas clases. Primero, aquí tenemos clases dos veces más en comparación con la universidad nacional y también requieren de nosotros casi las mismas exigencias que los españoles nativos. No digo que sea imposible dominarlo, pero yo sería capaz de invertir más razonablemente ese tiempo dedicado a los deberes. Bueno, nada... la media noche está a punto de caer, yo finalizo los deberes aunque con un nivel raspado. Voy a prepararme un té. Cuando en la cocina al cruzarme con las chicas, con las que en vez de la expresión oral fluida y coherente (como también planeaba desde el primer día) dejo caer unas palabras, me quejo de que hablo español peor que Ana Botella inglés. Ana Botella es la alcaldesa de Madrid, una mujer desfavorablemente famosa no solo por sus (no)competencias lingüísticas. Muchos la culpan de que Madrid – como mínimo para el año 2020 – no sea la ciudad olímpica justo debido a su discurso frente a los medios extranjeros durante la rueda de prensa final. En el Youtube se ríe de ella toda España o, tal vez, Barcelona y el resto del país llora. Acabo el té y caigo a la cama tan hecha polvo que ni me logro jalar todas las galletas Príncipe con las que quería intercalar el té y los deberes. ¡Y eso es mucho decir! Después de una hora de dar vueltas el cansancio me abandona, sin embargo soy vaga para hacer cualquier otra cosa así que solo en el móvil pongo unas grabaciones de la radio – un programa de discusión con Tomáš Halík (*explico: un sacerdote católico, filósofo y profesor universitario checo) y el otro con Pavel Kosatík (*explico: un periodista y escritor checo que se especializa en la historia checa del sigo XX).
 

 

el martes 5 de noviembre:

De la cama salgo con dificultad a las 11. Con respecto a la hora avanzada pienso si es para mí más importante la comida o el orden cuando mi marcha a pie requiere salir al mediodía. Pues, a las doce abandono la habitación ordenadísima. Hambrienta. Todavía en el paso de cebra llamo la atención con mi vinilobolso. ¡Qué amable! :-) De camino hace calor. Si tomo en consideración cuánto me he vestido entonces hace mucho calor. Y eso cuando me dirijo a Zara a por ese gorro elegido. No lejos de mi facultad caigo en la cuenta de que en casa olvidé la carpeta con fotocopias para Didáctica. No digo que con ellas trabajemos siempre, pero ya solo el hecho de que no cumplí la lectura y ahora esto... A la clase me arrastro con un nudo en el estómago (además vacío). Preferiría no ir ahí, pero simplemente sigo teniendo algo del umbral de la responsabilidad. Me podría salvar solo su cancelación. Lo que pasa es que después tendría que esperar más de una hora para Psicología, ¡Qué más da! Cuánto daría ahora por eso. Estoy esperando delante del aula. La profesora es puntual así que cuando el móvil muestra las 15:00 empiezo a alimentar ligeramente mi esperanza, a las 15:05 ya mucho y a las 15:10 todos pasamos de la clase. Dicen que se puso enferma. ¡Yupiiiii! ¡¡¡¡Viene como agua de mayo!!!! ¡¡¡Qué alegría y qué suerte tengo!!! Voy afuera a celebrarlo. Abandono el edicifio cantando "Den je krásný" / "El día es bonito" (*explico: una canción checa muy conocida y popular) y "Qué bonita la vida" de Dani Martín – suena en todas partes, a mi no me gusta, me pone de los nervios, pero su estribillo "Qué bonita la vida" (típico Dani, ¿eh?) ahora viene al caso. Voy a sentarme a los bancos con mesas al lado de la facultad, tiene pinta de Florian (*explico: el lugar parece un restaurante de verano en Česká Třebová, mi ciudad natal). Hace un tiempo maravilloso, hay 21°C y el viento sopla levemente. Hasta como ejemplarmente – lentamente y sentada, y espero la clase de Psicología. Y esta vez se puede soportar. A casa voy a pie porque sigue haciendo un tiempo maravilloso y además necesito pararme de camino en la Libertad y en una tienda de artículos para el hogar. Sin embargo, tengo tanta hambre que tengo que pararme en algún lugar a comer. Tardo en elegir algún sitio. Al final, muriendo de hambre entré en un bar apartado cerca de Gran Vía donde tomé dos sándwiches con una caña porque su otra oferta – el café- a las 19 me cargaría. Bueno, no digo que elegir la cerveza sea mejor – mientras comía "alguien" balanceó todas las calles de Madrid. Con los sándwiches en la barriga y con el alcohol en la sangre ando a trancos alegremente a Libertad a preguntar qué tal las entradas para el concierto de César Pop. Pasé por allí ya ayer, pero el bar no abre antes de las 18. Hoy me entero de que se paga antes del concierto. Vale. Luego compro un termo en Huertas – tengo ganas de poner las sopas calientes en él y de beberlas en los parques durante mis "Alcaleos" de otoño e invierno. En casa, por fin, pido a todo el Twitter el consejo de dónde podría pillar el disco de César Pop si ni en la FNAC ni en El Corte Inglés se puede conseguir. Inmediatamente después me responde el mismo César Pop diciendo que en toda España lo tienen en Libertad 8. Sí. Exactamente allí donde estuve hace una hora. La posibilidad de comprarlo en el Itunes la rechazo porque el disco físico me lo pueden firmar. Para la música descargada en el ordenador podría pedir como máximo la firma electrónica. Jaja. Originalmente tuve planeado para esta noche el cine – El Centro Checo echa "La Retirada" de Havel. Pero sería demasiado apresurado, además la vuelven a echar el próximo domingo así que el día de hoy acabó. Y el megaemail número 12 también.
 

Además le daré las gracias por su SMS – repetiré pero de verdad ¡tranquila! No se preocupe usted de responder hasta que no encuentre un hueco. Yo puedo imaginar muy bien esa vida en nuestro país. Que todo le vaya bien (¡¡¡cruzaré los dedos para que venda el piso pronto!!!). Dele recuerdos de mi parte a todos y como un perro el huesito espere usted con ilusión el email n°13. Y eso que de él he vivido solo un día. Uaaa. :-)


Saluda


Kristýna Curada desde Madrid


fotos n°12

Envío la ducha reparada; el resumen de los conciertos para noviembre; las fotos del Capricho y otros paseos y el Príncipe en un mini-paquete. :-)


Comentarios