Pues el retraso lo he areglado y según su mensaje usted ya se lo ha leído. Octubre está detrás de nosotros entonces sin tiempo que perder ¡vamos! al megaemail número once si usted lo espera con tanta ilusión. :-)
el domingo 27 de octubre:
Me acuesto a las dos a pesar de las preocupaciones iniciales de que a esas horas estaría todavía en algún lugar en el camino desde el concierto. Por la mañana, mejor dicho, sobre las once, me levanto como si por la noche no aconteciera ningún cambio de hora. ¡Y eso que yo esperaba tanto de él! Mi salud socavada por las clases y por el concierto, donde a su fin me helaba bien de frío, la cuido con una dosis de Echinacea, vitamina C y también chupando aceite. Sí. Una cuchara de aceite de girasol la revuelvo más o menos cinco minutos en la boca. Según el libro, así prevenían a las enfermedades en Rusia. Vamos a ver si me ayuda. Mientras me curo, el resto del piso se prepara para la visita del Prado. Cuando me ven, me preguntan que qué tal el concierto. Con las manos explico que ahora de verdad no puedo hablar. Afortunadamente. Esa pausa la aprovecho para intentar crear alguna comunicación fluida continua con la que podría resumir el evento. Después del enjuague de boca comunico que "...el concierto de Dani Martín fue el típico concierto de Dani Martín". Una frase espléndida. De dónde las saco. Que me disculpe el hecho de que llevo estudiando español "solo" diez años. Pero luego lo concreto: sin cesar exigía "palmas", o sea, aplaudir al ritmo de las canciones, no paraba de preguntarnos si queríamos más y nos aseguraba que nos quería. Simplemente, Dani Martín. Según mi opinión, tiene la misma actitud que nuestro Gott (*explico: Karel Gott fue probablemente el cantante checo más popular, ganaba con regularidad las encuestas de popularidad y se mantenía en la cumbre de la escena checa desde los años sesenta hasta su muerte) - todo preparado al último detalle, ensayado, pomposo y ajustado, incluso una nueva imagen. No puedo evitarlo pero desde que descubrí a Leiva los conciertos así me dejaron de impresionar. Es como si uno se afana para conseguir la mejor actuación mientras que el otro presenta lo mejor como si nada. Pero no me ahorro un comentario acerca de su expresión oral. El estudio de la lengua extranjera se divide en tres niveles - "A" son principiantes, "B" avanzados y los "C" casi hablantes nativos. Yo -en el caso de la lengua española- añadiría además el nivel "D" cuya obtención significaría que el mencionado sabe español excelentemente y a la vez le entiende a Dani Martín cada palabra. Pero me temo que este certificado lo obtendría solo Chuck Norris. Como me aseguraba una profesora de Sevilla, incluso ella tiene de vez en cuando problema para entenderle. Y eso que Dani es un actor graduado para el que la rétorica debería ser alfa y omega. Si alguna vez (y sería posible encontrar el día exacto cuándo) dije sobre Quique González que a él no se le entiende ¡me retracto de mis palabras! Por cierto, me vence aquí una buena frustración - al lado de mi netbook tengo puesto ese disco firmado por él, miro la dedicatoria y no soy capaz de descifrar las palabras individuales excepto "Para Kristýna". En el cuadrante bajo de la derecha se encuentra la firma, pero ya no sé dónde empieza "Quique" y qué es "González". Y el resto es para mí un enigma total. Pero volvamos al domingo: por la tarde el tiempo era perfecto y yo emprendí una excursión. Originalmente quería "Alcalar" (*explico: "Alcalar" es una palabra inventada por mí (y para mí), ya que se puede definir como "recorrer la Calle de Alcalá en las dos direcciones a pie") como siempre, por lo menos en una dirección, pero tenía que admitir que me remataría la salud. Por eso aproveché el plan B y me dirigí por la calle que en un tramo copia la Calle de Alcalá. Se trata de la arteria O´Donnel por la que circulan los autobuses exprés con rumbo al aeropuerto. Cuando iba por aquí con mi mamá y mi hermana, elegí unos cuantos lugares para el registro pedestre. El primero es la calle en sí, luego la televisión nacional con la emisora, otro de ese montón de parques y sobre todo un cementerio enorme y amplio. Le enviaré las fotos. El paseo fue maravilloso, pero es verdad que ese cementerio...uf, fue una pasada. Casi me perdí y NUNCA antes vi circular un autobús por un cementerio. Sí, así de grande es. Cuando volvía quería ir a tomar algo para comer. Pero estuve elijiendo tanto tiempo que ya no tenía más que elegir. Entonces me pasé por lo menos por una napolitana, lo que es -después de la palmera- otro lío para mi cartera y para mi línea. Cuando salía de la pastelería en la puerta me crucé con un grupo del que oí decir en checo fluido "...já bych si dala něco jahodovýho." (=yo tomaría algo de fresas). Aceleré el paso - primero, a los checos de aquí los evito a rajatabla, y segundo, a lo mejor también me tomaría algo de fresas. Sí. A pesar de la napolitana. Un cerdo. Horská. Cerca de un paso de peatones noté cómo me miraba un señor entrado en años, empujaba a su esposa diciéndole con la sonrisa "Mira qué bolso tiene esa chica". Anda, si estuviera en Třebová, no diría nada. ¡¿Pero que mi bolso va a llamar la atención a cada paso también en la metrópoli española?! En casa para calentarme me puse a preparar el flan de manzanas. Cocinando, de repente, detrás de mi espalda apareció Emejota y quería saber qué es "kuzu". A usted yo se lo explicaría con dificultades, pues imagíne a ella con mi español y sus conocimientos sobre la macrobiótica. De verdad qué gracioso verme a mí cómo intento encontrar la palabra "zahustit" (=espesar) mientras Emejota asentía con la cabeza diciendo compasivamente "Creo que sé que quieres decir." Cuando me siento al ordenador para enviarle el megaemail número diez, me entero leyendo de que ha muerto Lou Reed. En el Twitter que utilizo para seguir a mis intérpretes españoles preferidos, uno tras otro dicen cuánto les ha afectado esa noticia y todo lo que le agradecen a Reed. Y yo leyendo sus mensajes me doy cuenta de que algo similar significa Leiva para mí. Por ejemplo, cuando Eva Amaral confiesa que eran justo las letras de The Velvet Underground las que la llevaron a aprender inglés. Lo reconozco, tengo que parecer una fan obsesionada. A la vez admito que si por cada palabra "Leiva" que ha aparecido (y seguramente más veces aparecerá) en estos megaemails cayera un euro al presupuesto nacional de España, saldrían de la crisis a finales de año. Pero donde estoy ahora se lo agradezco a él. Él me hizo apasionar de nuevo por el español. Gracias a él descubrí lo mejor de la música española sin el método desesperado y prolongado de "ensayo y error". Fue él quién causó que conociera Madrid hasta la médula y así descubrí una ciudad en la que desde el primer momento me siento como en casa. Bueno, y si no fuera por su nuevo disco anunciado nunca me habría decidido a irme a esa pesadilla llamada "estancia de estudios Erasmus", la cual convertí exitosamente en una gira por las salas de conciertos y así voy cumpliendo mi sueño, que todavía en enero ni me atrevía a imaginar.
el lunes 28 de octubre:
El día festivo (*explico: me refiero al día festivo checo, ya que después de la caída de Austria-Hungría el 28 de octubre de 1918 fue fundada Checoslovaquia, predecesor de la República Checa) lo inauguro enviándole el último email atrasado. Sin embargo, me olvidé del tiempo un poco enfrente al ordenador y a la cama caí a las cinco de la mañana del horario de invierno, o sea, anteayer el reloj marcaría las increíbles 6:00. ¡Qué fuerte! Después de despertarme y confrontarme con el espejo paso dos horas reparando los daños. Como estoy sola en el piso, de nuevo me pongo esa mascarilla de barro, que -como acabo de descubrir- es en realidad de arcilla. Me perdono por la mistificación, no obstante, en la cara parece igual. Un rato estoy tirada con ella en el salón, pero el ruido permanente del ascensor que llega y así la posible vuelta de los habitantes del piso, me obliga encerrarme con llave en el cuarto de baño y el resto del tiempo lo paso apoyada sobre el bidé. A la FACULTAD hoy no voy, ya que me prescribí descanso en la cama y decidí saltarme el Hablador, o sea, la clase de Psicopatología. No tengo ni los menores posibles remordimientos de conciencia por eso. Sigo estando constipada, además necesito hacer los deberes para la Didáctica de mañana. Bueno, y justo este es el punto débil. Como buena paciente crónica con procrastinación en la última fase hago todo lo posible e imposible excepto esa tarea maldita. Para que se haga una idea: arreglo mi habitación ya arreglada, limpio el cuarto de baño y en lugar de las chicas la cocina. También lavo - la ropa blanca, osadamente, sola, con la de color espero a Emejota. Ella el término "de color" lo interpretó de tal manera que a la lavadora echó todo lo que le caía en las manos y no era totalmente blanco o negro. Después de pulir todo el piso voy a reciclar plástico (lo que aquí significa un buen rodeo). Cuando regreso, llego a saber que la mamá de las chicas, Clara, entretanto se fue y yo no logré despedirme de ella. Pues, Dios sabe, cómo acabaría. Es que ni me "jacté" a usted que al darle la bienvenida la había besado pero primero a la derecha en vez de a la izquierda. O sea, a Quique nadie le quita la primacía pero sería guay si también pasara la antorcha y yo tuviera en mi cuenta otro saludo exitoso. Bueno, la basura la entregué para el reciclaje, ahora toca un montón de papeles que se me acumula desde septiembre en la mesa. Durante la limpieza pasó lo siguiente: Begoña no afloja y me mantiene en forma, alerta o con depresión, simplemente siempre que empiezo a pensar sobre mí que mi español no es tan horroroso, aparece en la puerta con una pregunta aparentemente inocente - esta vez pedía "folio". Tenía en la cama colocado un mogollón de "fólie", así que enseguida le di una. Pero ella dijo que no, que quiere "folio". Bueno, quería una "hoja de papel" y simplemente otra vez no había utilizado esta palabra que yo conozco (se lee sin hache porque los españoles no son capaces de pronunciarlo pero sí tienen una necesidad permanente de escribirlo en algunas partes; y "fólie" checo en español es "el film"). Cuando de verdad ya no tengo nada más qué hacer, excepto los deberes, me decido a hacer la elaboración más agradable con algo para picar. Adivine bien. Corro al chino vietnamita por las galletas Príncipe (¡seguimos estando a octubre!) con el propósito de que por cada respuesta hecha voy a tomar una. Desgraciadamente me jalo las galletas sin terminar los deberes. Al masticar me divierto imaginándome cómo explico a la profesora que debido a una enfermedad no podía hacer el deber (ni ayer, ni hoy, ni mañana). Se busca un ambulatorio psiquiátrico que me estampe su sello de la procrastinación o me de el libro azul (*explico: el libro azul fue en Chequia el carné de incapacidad para el servicio militar obligatorio, o sea, el propietario era exonerado de la mili). Para el día siguiente no quedan ni dos horas. Pues, si no era capaz de hacer la tarea durante todo el día, entonces ahora ya no tiene sentido. Voy a acostarme y mañana madrugaré. No estoy enfadada conmigo misma - por fin arreglé todo y además llegué a saber también muchas cosas nuevas. Eso cuando ya de verdad no sabía qué páginas visitar en la web y me desvié a la Wikipedia y me enteré de que Dani Flaco (ese descubrimiento mío - el cantautor/el cerdo) casi había sido el futbolista. Qué horror. Después de Leiva, ya el segundo hombre que habría malgastado su talento en el césped verde. Ah, y cuando otra vez menciono a Leiva - ¡imagínese usted que junto con Carlos Tarque (de la formación M-Clan que también tiene canciones chulas) han fundado una banda para tocar covers y preparan unos conciertos! ¡Yo quizá lo vea al fin también en el escenario como deseaba! Aunque sentado detrás de la batería. Estupendo.
el martes 29 de octubre:
Dormí de maravilla, de verdad. Después de las nueve ya estoy fuera de la cama y a las diez me pongo a hacer los deberes. No había otro remedio. Y para mi sorpresa, averiguo que es pan comido e incluso ¡me gusta! Una didáctica de verdad práctica, no como en mi escuela – ¡eh! ¡Estoy hablando de las clases en la Universidad Carolina, así que aquí lo digo a propósito! Sin embargo, a la FACULTAD voy en metro, ya que ese deber me ha entretenido un poco y además tengo que arrastrar conmigo el netbook porque la intención original de imprimirlo fracasó por el hecho de que Begoña extraordinariamente se había llevado su notebook a la escuela. A la facultad, quiero decir, claro. La primera clase es bastante intensa, discutimos sobre esos deberes, yo soy preguntada por la única cuestión cuya respuesta no había sabido al hacerlos. Genial. Luego recibimos otros, desgraciadamente de un libro que no tengo y ni sé dónde lo conseguiré. Esto es un castigo, de verdad. Caminando a la segunda clase ahuyento las ideas de "desertor" con el ipod en las orejas. Psicología del Aprendizaje fue interesante por el hecho de que la profesora se había constipado y casi había perdido la voz. En nuestro país un problema así se resuelve con que la clase se cancela, aquí, en Europa del oeste, utilizan los micrófonos. Ay. Así que continuamos dándole vueltas al tema de las funciones del cerebro y sobre la importancia de la alimentación sana para su funcionamiento. De camino a casa me moría de frío y comía – voy a ocultar el qué, ya que yo misma me avergüenzo. Menos mal que el viernes ya será ese noviembre del que espero el "renacimiento" de mi alimentación y de mi actitud para estudiar. Por otro lado, la agenda se me ha vuelto a llenar otra vez de puros conciertos, además hasta a finales de año. Desde el punto de vista del estudio, parece un problema, así que cruce los dedos por mí. Durante el camino me para una señora preguntando si va bien hacia Moncloa. Me encandilo toda y asiento con la cabeza. A la pregunta de cuánto tiempo tardará, estimo que unos diez minutos. Me alegró encontrarme con una persona que esa ruta la quería hacer a pie sin tomar en cuenta el metro o el autobús. Me vi en ella completamente. Junto a la Ópera, una pareja joven me pregunta cómo llegan al Tribunal. Otra vez ayudo sin vacilar. A la tercera, aparece en mi camino algún chico preguntándome si tengo un poquito de tiempo. Era uno de ese mogollón de encuestadores-trabajadores temporales, no obstante, yo estaba andando pensativa (creo que en ese momento me repetía los proverbios, refranes y modismos), así que me asusté bien de él. Cuando me imagino que algo así debe vivir a cada momento una persona conocida si va por Madrid (probablemente sabe usted a qué me refiero): "¡Bu! Me chifla tu música, ¿me firmas y te haces una foto conmigo?", me alegro de no tener nada similar aunque el otro día tuve esta oportunidad, porque por un precio así... En casa necesito enseguida enchufar el móvil en el cargador, lo que me hace notar que alguien evidentemente me buscaba. Ayer o anteayer me decía a mí misma que qué bien estaba que El Pelmazo del Retiro se hubiera olvidado de mí completamente y ¡zas! hoy dos llamadas (bloqueadas) y un mensaje (también bloqueado). Es inadecuado llamarlo pelmazo, por eso lo rebautizo como El Fondista. Escribe que me echa de menos y me pregunta que qué tal mi estudio de Pedagogía en la uni y qué tal la huelga. Una charla la necesitaría a tope, por eso también se lo comunico a las chicas, que desde el día uno voy a empezar a soltar la lengua. Inma me asegura que no me preocupe, que ella estaba en Alemania casi siempre entre los españoles y también empezó a hablar, mientras que yo aquí no hablo en checo nada. Jajaja. De alguna manera, todos nos reunimos en la cocina y yo por fin pregunto por lo que para mí desde la llegada a Madrid es un misterio. Por qué a la caída de la tarde por todas partes en las calles hay policías con pitos y dirigen el tráfico aunque los semáforos funcionan. Begoña me explica que el tráfico es tan denso que no podrían prescindir de ellos. Ajá. En cambio ella se atreve –después de dos meses- a preguntar para qué sirve esa cosa azul mía en el lavabo. :-) Se refiere a mi pote para el lavado de la nariz (por esta vía le doy las gracias a Begoña que en base a su pregunta enriqueció mi vocabulario con las expresiones la narina, echar y sonarse). A continuación, aprovecho el hecho de que si Emejota estudia chino, y si sabe descifrar las letras chinas, entonces podría descifrar teóricamente también esos garabatos de Quique, traigo el disco y lo dejo circular, pero al final no me cuenta nada nuevo. Dice que lo de la izquierda debe ser "kiss". Empiezo a enfadarme, por qué me deshonraría el disco con ese idioma asqueroso. Sin embargo, inmediatamente después me doy cuenta de ese fallo con la preposición de tiempo y deduzco que Quique debió llevarse la impresión de que como extranjera iba a dominar mejor el inglés. Hostia. Cómo estábamos en esa cocina, charlábamos y bromeábamos, pues entonces caí en la cuenta de qué suerte enorme tenía: estoy en un piso precioso, en un lugar estupendo, en Madrid, con unas chicas majas con las que me llevaba bien – Inma es sociable, cálida, ningún problema, todo le importa un bledo; Emejota siempre intenta que yo le diga algo, no me perdona nada pero en el mejor sentido de la palabra, es muy amable y dice que siempre soy bienvenida en su ciudad natal en el sur. Bueno, y Begoña también es muy maja, un poco despistada, pero eso será por esas dos carreras que estudia. Y además logra correr y sacar a pasear a su perro. Y como es muy pequeña, parece mona especialmente... todas son muy buenas conmigo, dicen que incluso puedo tomar prestada su ropa cuando quiera y tienen conmigo una paciencia santa. Bueno, qué más puedo pedir. :-) Pues, hablando de ellas – las españolas locales se las describí, creo, suficientemente – desde las chicas, a las adultas, hasta las jubiladas. Pues, ahora: los hombres. Y empiezo con esos más pequeños: ¡pero qué chiquitos más maravillosos! Algo increíble. Siempre cuando veo algunos me entusiasmo con ellos y enseguida los llevaría conmigo a casa. Como le he escrito, no tendría inconvenientes si algún español se casara conmigo (para poder frecuentar los conciertos de Leiva sin declararme en bancarrota), entonces a esos chicos guapísimos me los podría "hacer" a la vez. Y en base a lo que usted ya sabe sobre mi vocabulario gracias a Dani Flaco, Leiva y otros parecidos, en esta parte hablo con fluidez, el nivel C. :-))) Antes de acostarme paso un rato junto al ordenador escuchando la radio checa. Claro, Inma, el checo aquí no está a mi alcance. A la vez en la web me entero de que un jueves de diciembre en Madrid va a presentarse ese grupo recién formado "Gran Cañón" de Leiva. ¡Estoy en el séptimo cielo! ¡Creo con firmeza que tienen en mente este año (y nada de MAÑANA)! Y a eso del martes todavía una nota importante: ¡¡¡gracias por el mensaje!!! Bueno, la verdad es que yo me había hecho ilusiones con inundarla para todo noviembre y resulta: ¡narices!
el miércoles 30 de octubre:
De la cama no quiero levantarme pero hoy me toca solo una clase – El Hablador, y él es genial. Desayuno lo que ayer no logré jalarme de un golpe – la mitad de la barra de pan y la mitad de la palmera. Hostia, si eso debía ser un secreto. Pues nada. Me visto y me dirijo a la uni. La tarde la paso sufriendo – menosprecié el desayuno y compruebo en mis propias carnes los conocimientos de ayer sobre el (no) funcionamiento del cerebro hambriento. En Psicopatología avanzamos hacia los trastornos de ingesta de alimentos (jajajaja, qué oportuno) y yo he llegado a saber que padezco un atracón compulsivo (jajajaja, qué inesperado). No echo en saco roto las recomendaciones del Hablador – haré el tiempo para la comida, comeré lentamente y masticaré meticulosamente. Desde el uno de noviembre, claro. La clase termina quince minutos antes, hoy digo "por desgracia". Ya que tengo que esperar hasta las 15:30 al horario de oficina de Erasmus, adonde voy para confirmar la matrícula y un documento superimportante para la Uni Carolina acerca del cambio de una asignatura. El tiempo libre (y buen tiempo) al final lo aprovecho para pasar por la Facultad de Informática para recoger el número de noviembre del boletín cultural. Aunque ya está a la disposición en la web, en formato impreso todavía no lo encuentro. Bueno, por lo menos estiré las piernas. A la oficina llego a tiempo, son las 15:29, no obstante en la puerta está colgado un papelito que dice que hoy trabajan desde las cuatro. Ay. No puedo pasar de eso, ya que lo pospuse dos semanas y para arreglar este asunto solo tengo octubre. Me muero de hambre y tengo bastante prisa – a las 18:30 Benjamín Prado vuelve a presentar su nuevo libro, hoy además muy cerca de mi domicilio, así que sería un pecado no aprovechar esta oportunidad, aunque será lo mismo que en septiembre. A la coordinadora Elsa llego antes de las cuatro y media. Se disculpa por el retraso, a lo que le respondo que no pasa nada. Tiene suerte de que en español no sé ser desagradable. Como salgo de la facultad con retraso, cambio de planes – como hace buen tiempo voy a pie directo a ese encuentro literario y para comer me paro durante el camino. Al final, elijo esa Cebolla mía donde tomo una tortilla y donde en la radio suenan canciones perfectas y para mí conocidas. Pero el tiempo lo estimo mal y a Atocha salgo corriendo con retraso. Y cuando además, en una calle giro mal, tengo que admitir que llegaré tarde. No digo que el comienzo a las 18:30 signifique en España las seis y media, pero yo llevo tanto en mí esa puntualidad centroeuropea, que a las 18:27 me rindo y me dirijo a casa. De camino puedo regañarme (y de verdad me regaño) solo a mi misma: si no hubiera pospuesto esa matrícula, si hubiera ido en metro, si hubiera comido en casa y no hubiera gastado pasta en la Cebolla, si hubiera ido a examinar con antelación dónde tenía lugar el encuentro, si hubiera... ay. Estoy enfadadísima conmigo misma. Claro, a Benjamín lo he visto aquí ya tres veces pero él pertenece a ese círculo de gente que siempre te enriquece con algo. En el piso estoy sola, lo que aún intensifica más mi estado de ánimo, ya bastante malhumorado. Pero luego pillo a Pavla online, en un momento nos llamamos por el Skype, de lo que resultan dos horas de llamada. Pavla, llamada Weidy, es mi mejor amiga desde el instituto – tenemos la misma actitud ante el estudio (=no estudiamos), ante los deberes escolares (=los hacemos last minute) y apreciamos de la misma manera nuestra alma mater (=Pavla terminó a regañadientes la diplomatura, a la licenciatura nadie la obliga y yo quiero interrumpirla, ya que las dos tenemos claro –a diferencia de nuestro entorno "títulado"- su aporte. También podemos, dentro del marco de la rabia, ser groserísimas una con la otra sin temernos que la segunda por eso se ofenda. Nuestras llamadas las abrimos con expresiones impublicables, y si le escribo, controlo tres veces el destinatario. Pero no se imagina usted cuánto ayuda esto. Así que, primero maldecimos cómo una pasa de la otra y no llama, luego averiguamos la fecha cuando nos vimos por última vez (el fin de junio) y quién tiene la culpa. Después de tranquilizarnos, hablamos sobre los cuatro últimos meses. Cuando me describe su examen estatal, lloro de risa. Y después de chismear sobre toda la Galaxia – excepto nosotras dos- (también muy purgativo :-)), llegamos a la conclusión de que todo lo importante ya ha sido dicho y nos despedimos. Para concluir, Pavla logra darme las gracias por la postal, lo que me alegra. Cuando la vi en el estanco, enseguida tenía claro que se la mandaría justo a Weidy. Se trata de una postal negra con el texto "Madrid de noche". Eso para que no pueda decir que ella es mi amiga y paso de ella y no le envio nada. Pero a la vez, para no provocarla con las fotos de todos los lugares bonitos, de cuya visita Pavla se privó cuando decidió invertir el dinero, originalmente destinado al billete de avión hacia Madrid, en una excursión a Londres con su marido.
el jueves 31 de octubre:
Una pregunta para premio: ¿Cómo después de despertarse despilfarrar 40 euros durante una hora sin entrar en la FNAC? Jajajajaja. ¡¡¡Pero qué alegría tengooooo!!! Pues primero: un tercio de la suma lo devoró la entrada para Iván Ferreiro. Sí, sí, sí. Imagínese usted, él va a tener un concierto más en Madrid, a finales de noviembre, en versión acústica, en el centro, en el teatro y yo tengo la entrada para la primera fila. Uaaaaaa. La primera oportunidad la pierdo por mi propia estupidez, por segunda vez doy prioridad a Dani Martín, sin embargo, a la tercera ya ha salido bien. Algo entre el cielo y la tierra se compadeció de mí. Yo a ese majo, con un timbre de voz fascinante, de verdad lo veré en vivo. Creo que no puedo estar más feliz. Un error. En cuanto aparece en mi email la entrada electrónica, descubro otra noticia fenomenal y otra vez echo mano a la tarjeta de crédito: 13 euros me cuesta el concierto que tendrá lugar el 26 de diciembre. ¿Y qué tan bonito recibiré en Navidad? Sííííííííííí. Leiva – en esa formación nueva llamada Gran Cañón donde toca la batería y también se encarga del canto coral. ¡¡¡Tradá y tradá y tralalalá!!! El resto del dinero lo gasto en la entrada para Los Madison. Podía comprármela ya el lunes, pero no quería correr el riesgo de que el concierto me coincidiera con el de Leiva y decidí esperar. Ahora está claro que eso no pasará, así que por fin conoceré de ellos algo más que la canción "Compás de espera", interpretado por su frontman acompañado por César Pop. Tengo ganas. El día de hoy no podía empezar mejor. Saco la moraleja de esta semana y ejemplarmente antes de irme a la uni, como. El camino era bonito como siempre. Psicología no está mal, además, en el marco de Halloween, la profesora trae a todos unos caramelos. Dice que ese santo no lo acepta, pero por qué no endulzarse la vida. Una actitud amable. :-) A casa vuelvo en autobús. Es que terminamos a las seis, cuando suele hacer frío. Originalmente quería ir en metro, pero luego me enteré de que desde la facultad va una conexión justo a Atocha sin ningún transbordo. En el bus paso una hora, andando lo lograría en ochenta minutos, pero bueno, por una vez. No puedo arriesgarme ahora constiparme otra vez. Además, toda la tarde debatía seriamente con mi dedo anular del pie izquierdo, que está atormentado por el ojo de gallo. Llegamos a la conclusión de que el viaje de vuelta es un acuerdo razonable a cambio de la marcha de la tarde hacia la ciudad universitaria. En el piso hace bastante frío. Estoy sentada en la cocina. En cuanto termino de preparar la cena, tengo que enviar (y antes aún corregir un poco) ese deber del martes de Didáctica, ya que aquí se exige entregarlo online. El deadline es a las 23:55. Jajaja, el trabajo lo entrego con un adelanto de dos horas, la verdad es que no tengo ni idea de en qué estado. El resto de la noche lo paso escribiendo este email. Cuando alrededor de mí empieza a hacer un calor, asustada examino el netbook pensando si no lo estoy quemando por todas las megainformaciones con las que tengo la necesidad de saturarle regularmente. Un error. Inma - dirigida por las instrucciones telefónicas de su papá- con éxito ha puesto en marcha la calefacción. Y uno se encuentra detrás de la mesa de comer. De ello no tenía ni la más mínima idea. Una sorpresa agradable. Sin embargo, ese calor de alguna manera me aletarga, así que después de la medianoche me dirijo a la cama. Para dormir me pongo a Quique. La reproducción la ajusto para todas las canciones que de él tengo en mi ipod. Se duerme de maravilla escuchándolas - gracias a la melodía, el ritmo que tienen y también gracias a su voz. Después de mucho tiempo escucho, por ejemplo, la maravillosa "Calles de Madrid", además en compañía de Rebeca Jiménez. No obstante, como sonaban en orden aleatorio, después de ella empezó a sonar "Cuando éramos reyes" (para hacerse una idea, suena como un himno de los hinchas del fútbol ¿basta?). Ya estaba casi dormida. Por poco me mató y las próximas dos horas me provocó una noche insomne, aunque las canciones restantes ya fueron otra vez típicamente "gonzálesas".
Bueno, y ahora por fin dejaré de ser inmensamente egocéntrica: ¿Qué tal su Honza (*explico: el hijo de la señora Dostálová) y su estudio? Si lo compara conmigo, tiene que reconocer que en casa tiene usted un empollón de primera categoría (pero ya caí en la cuenta, en casa me salvaron los trenes, viajando a diario a Praga, allí hice todo lo urgente para la uni). ¿Cómo están Anička y el Raizito? ¿Y tiene usted algunas noticias sobre la maestra Adámková? ¿Y la señora Pavlová está bien? ¿Y la señora Kašpárková, goza de sus últimos alumnos de primer curso? ¿Y la señora Epnerová – otra vez decoran la Residencia de ancianos? Por cierto, mi prima Líba ya no trabaja allí. ¿Y cómo están nuestros niños? ¿Y los alumnos del quinto curso – se nota que tienen una nueva maestra? ¿Y el Asperger – todo ok? ¿Y la colaboración con el departamento vecino va bien? ¿Y qué tal el jardín escolar?
¡Qué todo le vaya bien! Ya quedan solo tres meses y estoy de vuelta. :-) ¡Otra vez nos emborracharemos de "Rychlé špunty" / "Corchos Rápidos" (*explico: se trata de una bebida para niños que parece una botella de champán, solo que es sin alcohol :-), un Champín español), comeremos después bombones trufados belgas y saltaremos en tándem al segundo semestre! :-)))
Saluda
Kristýna desde Madrid, loca de alegría por tener la entrada para Leiva (¡la misión casi cumplida!) y para Iván Ferreiro
las fotos n°11
envío todavía por el megaemail diez – olvidé jactarme de que cuando de la FNAC no me llevé el disco de Dani Flaco, dejé allí pasta por un libro de ilustraciones de Madrid. ¡¡¡Pero precioso!!!
del megaemail once – las fotos de la calle O´Donnel - emisora de televisión; un montón de parques; el cementerio; la napolitana; Atocha de noche
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