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Megaemail n° 5

¡Mi querida maestra!
 

Tengo que saturarle de nuevo, cinco días pasaron volando. Mañana hará incluso un mes que estoy en Madrid. ¡Increíble! Pues vamos:

 

el viernes 27 de septiembre:
 

Otra vez dormí mucho pero no tanto, de verdad. En la policía, adonde pensaba ir para recoger ese número de identidad, tenían horas de oficina hasta la 13. En metro el viaje debería durar unos 45 minutos, así que me dije que bastaba salir del piso después de las 11. Me di una ducha y arreglé la habitación. En casa todo estaba en calma porque todas las chicas se habían ido. En el metro me entretenía leyendo un libro de modismos españoles-checos y hacía como si no me hubiese dado cuenta en absoluto de que el señor que estaba sentado a mi lado miraba fijamente por encima de mi hombro y estaba sumergido tremendamente en mi gramática :-). A la estación llegué sin problemas. Al entrar, justo un chico discutía algo. Me puse detrás de él y esperé a que me tocara. Después le dije a ese policía que yo era extranjera y que de hecho no sabía qué necesitaba :-). Estaba desesperado conmigo y yo también al tener que decir sin planificación otras frases relacionadas con el hecho de que necesitaba probablemente unos documentos para la solicitud del número de extranjero. Con eso ya se orientó y me dió dos formularios diciendo que hacía falta rellenar eso y eso, también que el DNI lo copiara a dos caras y que pagara en cualquier banco una tasa, ellos me iban a estampar su sello y que con todo eso viniera de nuevo y que él me iba a dejar pasar. Jajaja. Fui capaz solo de preguntar DÓNDE lo debía copiar. Entonces me envió dos calles atrás a un centro reprográfico. Al entrar allí, un señor me comunicó que no podía copiármelo ya que se le había estropeado la copiadora y me envió al final de la calle, a la competencia. Allí me lo copiaron enseguida. ¡Uf! Otro problema –encontrar algo como un banco y pagar esa tasa. Entré en algo que parecía un banco y en la cola rezaba para que no fuera una compañía de seguros. Por suerte, me fijé que allí estaba también ese chico que había estado delante de mí en la policía. Así que me dije "Sí, estoy en el lugar correcto." Como la cola se acortaba me di cuenta de que sería oportuno rellenar esos formularios pero me aturdí – la dirección ¿escribo la checa según mi DNI o la madrileña? No tenía ni la menor idea, no quería hacerlo mal, entonces rellené solo el nombre :-). El señor en la ventanilla me preguntó si no era un problema que hubiera rellenado solo el nombre, si era suficiente. Yo asentí con la cabeza, pagué menos de diez euros, recibí el sello y volví a la policía. Tuve la suerte de que acababan de alternarse, así que no tenía que quedar en ridículo delante del mismo tipo que antes no me había tolerado con que cuento a menudo: soy extranjera y mi carita de una muchacha de veinte años (aunque soy cinco años mayor :-)). ¡Pero aquí todos son extranjeros :-)))! Sí, llevo un mes aquí, tengo que empezar a atreverme. A ese tipo le pregunté cuál de las direcciones requería. Dijo que la madrileña. Bien. Ese papel donde había puesto solo mi nombre, se lo dejaron en el banco, entonces espero que eso no sea un problema. Luego obtuve un número y esperé a que me tocase. Pasó bastante rápido. Al anunciar el número 104 me fui a la ventanilla con los papeles. Una señora amable me preguntó si hablaba español. Decidí no mentir: entiendo muy bien pero hablar es peor. Ella me preguntó por unas cuantas cosas, yo le contesté, después, con éxito, me otorgó el NIE, lo que es la abreviatura para "El número de identidad de extranjero", y dijo que lo tendría para siempre. Al irme me dijo que hablaba muy bien español. Jajaja. Adoro cuando la gente a la que soy capaz de decir cinco frases seguidas me dice esto. Entonces le respondí que ella era amabilísima y me despedí. Salí con, como en checo decimos, "la nariz arriba" (*explico: ese modismo checo se refiere a una persona muy orgullosa de sí misma, una persona así suele andar con la cabeza un poco inclinada hacia atrás y gracias a esta postura su nariz se le orienta hacia arriba). Si alguien me hubiera dicho todo lo que me iba a esperar en Madrid, que iba a tener que arreglar, pues quizá ni habría ido. Y menos habría pensado que todo lo lograría sin problemas.  Estoy orgullosísima de mí :-). Como estaba en la parte norte de Madrid, vi no lejos cuatro rascacielos que se pueden ver desde el aeropuerto. Y también pasé por esos dos inclinados, uno de los símbolos de Madrid. El camino a casa lo disfruté a tope, fui por otra ruta y fue genial. Encontré incluso el club Libertad (el Café Libertad 8) donde el 23 de octubre iba a actuar ese decubrimiento mío: Dani Flaco. Cuando llegué a casa estaba tan cansada que se me ocurrió darme el gusto de dormir la siesta. Serían las cinco, así que bajé la persiana, me puse el pijama y me acosté. Bueno, y de verdad me dormí para un rato. Por la noche -por supuesto- no podía dormirme. Entonces a medianoche decidí entretenerme escuchando los programas que se me escapan en la radio checa. Se trata de un debate con personas públicamente conocidas, p.ej. con el escritor Ivan Kraus o con el historiador Pavel Kosatík siempre sobre algún tema actual. Esa noche también vi la tele – en el canal dos español, La 2-RTVE, había un entrevista con mi amada cantante Eva Amaral (sabe, había estado en su concierto en Munich, en marzo, después de la gripe :-)).
   

el sábado 28 de septiembre:

 

Pues hoy llegó el otoño. ¡Me lo merezco por haber presumido de los 30°! Toda la mañana estaba lloviendo, así que me descargué el "Me cambio de familia" del viernes. Por la tarde el tiempo mejoró y yo, de verdad, intento cada día aunque sea un rato ir a algún lugar donde todavía no había estado. Fui a comprar las postales y los sellos (por cierto – ¡mándeme la dirección de su nuevo domicilio! ¡No sé cuánto tiempo valdrá esa de Lhotka, por eso espero! :-). Bueno, y me encaminé hacia la Plaza Mayor y por la calle Mayor hacia el Palacio. Hacía tiempo que no iba por aquí. Cerca del palacio justo levantaron las barreras ya que allí probablemente tendría lugar algún evento oficial, por todas partes había un motón de policías. Quería ir al parque pero lo cerraron igualmente.  Pues continué caminando para pasarme por el estadio de fútbol Vicente Calderón donde juega el club Atlético Madrid. Leiva es hincha de él y se refiere a él en la canción "Eme" ("…Eme, cuando te meta un gol, voy a ser un killer, que todo el Calderón me lo chille…"). De camino me sorprendió un chubasco. Lo pasé escondida en una parada de autobús y resistí la tentación de subir a un bus que venía. Qué va, si estoy de paseo, pues simplemente estoy de paseo, nada de gandulear, llueva lo que llueva. Afortunadamente cesó enseguida y yo llegué hasta el Calderón. En abril le saqué una foto de lejos y el sábado estuve justo delante de él. Regresé por la calle en la que el miércoles me espera el recital con Benjamín Prado y Joaquín Sabina (seguramente ya no hace falta escribir de quién se trata :-) como máximo las indicaciones – "la firma" y "Laufer" :-)). Tanto la calle como el teatro los encontré sin problemas, está cerca de Atocha, o sea, de mi piso. Cuando me encaminaba a la calle principal apareció delante de mí un "algo" inmenso y yo a continuación averigüé que era el Museo Reina Sofía. Se trata de uno de los edificios fundamentales cuya visita -según las guías-no debería perdérsela ningún turista en Madrid, inmediatamente después del Prado. ¡Tonterías! Los cuadros esperarán. Después de llegar a casa disfrutaba de la calma y del desorden. Es que cuando las chicas no están aquí, tardo un poquito en fregar los platos y también en el cuarto de baño dejo metidas mis cosas. Vendrán el domingo por la tarde. ¡Ya sé cómo es! Aparecerán aquí a eso de la medianoche, así que para la limpieza voy a tener todo el día siguiente. Por la tarde me escibió un email una amiga mía, entonces acordamos llamarnos por el Skype el lunes porque (d)escribirle qué me había pasado en casi un mes era impensable para mí. Bueno, y por la tarde noche -vale, por la noche-, a eso de las 23 navegando por Internet descubrí un fragmento del libro que sigo sin conseguir en versión impresa. Ese en el que Benjamín Prado describe cómo en Praga se formó el disco de Joaquín Sabina. Lo que había leído fue suficiente. No lo resistí y me lo compré en la versión e-book, o sea, en cuanto lo pagara, podía descargarlo a mi ordenador (nada del olor de papel, nada de pasar las hojas, ¡ay!). Sin embargo, me divertí mucho. Recorrí algunos pasajes, por ejemplo en el que Benjamín Prado estaba fascinado por Praga o cómo les encantó a Benjamín y a Joaquín la canción, o mejor dicho, la música que para la canción "Tiramisú de limón" había compuesto Leiva y cómo estaban tan entusiasmados de su talento así que la eligieron como el primer single. O sea, cuando el disco se publicó, esa canción sonaba en todas las radios la primera. Y además rodaron un videoclip con ella. Me acosté ya, como era tradicional, el domingo a las dos de la mañana.

 

el domingo 29 de septiembre:
 

Dormí mucho. Después de salir de la cama, pasé por el reloj del salón que marcaba 11:57 :-). "Desayuné" una sopa y ordené el piso. Y luego me acordé de que hacía mucho que quería darme el gusto de aplicarme una mascarilla de barro. En casa no había nadie, entonces tenía las condiciones ideales. Me la puse de cualquier manera en la cara, el cuello y también en el escote, me tiré en la cama y me relajé un cuarto de hora. Antes de las tres, lo quité todo lavando. Cinco minutos después de las tres alguien llamó a la puerta. Como soy extranjera suelo ignorar el timbre, eventualmente hago como si no estuviera en casa. Pero esta vez las voces me sonaban. Fui a abrir. En la puerta estaban Begoña con el perro, Inmaculada e incluso con su papá. La llegada de la noche, en serio. Estaba estupefacta al pensar que si hubieran llegado una media hora antes, habrían abierto con la llave ellos mismos y me habrían encontrado llena de barro y semidesnuda :-). También podía sentir alivio, menos mal que había ordenado inmediatamente después de la comida y había puesto la lavadora y el lavavajillas y había secado en la secadora el sábado. Como todos nos estorbamos mutuamente, decidí esfumarme y dije que iba a dar un paseo. No sabía a dónde ir, simplemente me dije que llegaría a algún lugar. En la cabeza tejí una idea – volver a ir por la Calle de Alcalá, sí, esos 11 kms, sin embargo, esta vez en dirección contraria, o sea, desde el centro hasta la periferia de Madrid. Estaba cansada y no creía que lo pudiera lograr así de golpe. Pero caminé y caminé y caminé y antes de las seis estaba en el barrio Alameda de Osuna. Dado que era domingo estaba abierto el parque Capricho y no cerraba hasta después de las ocho, así que lo aproveché y fui a pasarme por allí. Hacía buen tiempo y había poca gente. Di unas vueltas por el parque un rato y luego me dirigí a la meta: a la estación de metro. Esta vez fui en metro hasta la casa, entonces en la Gran Vía hice transbordo de la línea verde a la azul. De verdad me dolían las piernas así que me dije que por esta vez iba a ser buena con ellas y no iba a maltratarlas más. ¡Durante ese transbordo apenas se movían, esas pobrecitas mías! En metro recibí su mensaje de cómo usted se preocupaba por no tener tiempo para contestar. ¡Tranquila! Cuando le quede tiempo, responda, nada de estrés. Yo escribo con tanta frecuencia porque unos intervalos más largos ni la capacidad del email ni mi memoria los dominarían. Bueno, pero por eso cuánto más agradable luego fue su email. ¡¡¡Muchas gracias!!! Lo aprecio enormemente, sé cómo lucha usted con el tiempo y con internet. Y me ayudó a pensar en otras cosas. Es que yo todo el día estaba triste debido al concierto de Iván Ferreiro por la noche en la Galileo sin mi presencia. Ay, chica, si no hubieras tenido miedo a piar un poco, dónde habrías podido estar esta noche…         

 

el lunes 30 de septiembre:
 

Pensaba pasar por la facultad para recoger el diploma de aquel curso de idiomas de dos semanas, pararme en el supermercado para hacer compras, después llamar a Péťa y por la noche salir a escuchar música, a los cantautores que están empezando, en aquella sala Búho real. De la facultad pasé, eso puede esperar. Sin embargo, ya era hora de hacer compras. Agarré el carrito, o mejor dicho, esa bolsa de compra con ruedas, que en Madrid utiliza todo el mundo a través del espectro de edad (¡Anda! ¡Qué expresión! ¿De dónde las saco eh? :-)) y me dirigí a la frutería en ese mercado donde el otro día había estado con Inma y donde había estado loca por no entender casi nada y por haber perdido mi vocabulario. Así que antes de salir apunté una tras otra las expresiones para "pórek"/"el puerro", "cuketu"/"el calabacín", kedlubnu/"el colinabo" etc. Aquella vez me reí de Inma cuando me contaba como siempre andaba perdida. Yo por eso busqué la dirección en la web, eché un vistazo a mi "Callojero" (*explico: rebauticé mi callejero, o sea, la lista de las calles de Madrid llena de las guías descriptivas de la ciudad, al "callojero", ya que al echarlo al bolso mis pies ya saben que pueden esperar "más callos que calles que hay en él debido a mis paseos infinitos por Madrid":-)) y fui. La tienda la descubrí enseguida y después me di cuenta de que no era esa en la que habíamos estado aunque la dirección correspondía. Entonces daba vueltas, en mi mente le pedí perdón a Inma y luego me dije que iba a entrar en la primera frutería que encontrara. Así que hice compras en un chino de tal manera que todo lo que necesitaba lo había metido en la cesta y él solo me lo había cobrado. ¡Qué práctica de conversación eh!? :-) de hecho, ¡ojo! Yo pedí un barra de pan al fijarme en que las tenía detrás de su espalda. Es verdad que suelo comprar pan integral que se parece más al nuestro checo pero de vez en cuando pongo el puré en esa baguette española :-). Volviendo a casa chispeaba. Cuando llegué al piso justo me sustituyó Begoña en el ascensor. Iba a sacar a pasear al perro. Yo fui a sacar la compra del carrito cuando llamó Péťa. Charlamos más de una hora. Me sorprendió cuando lo primero que me dijo era que yo –según su opinión – parecía estar superbien :-). Pues, yo me siento así de verdad y a mí me extraña también, pero que se nota tanto, de eso no tenía ni idea :-). Luego navegué un rato por Internet y encontré un vídeo con Leiva, una entrevista del año pasado, donde recomendaba una tienda de discos de vinilo. Enseguida miré a mi callojero y llegué a saber que la tienda estaba justo en una calle al lado de esa librería donde había podido conocer a Benjamín Prado. Enseguida me la apunté, tengo que ir a echar vistazo allí :-). A la vez me enteré de que se trataba de un programa en el cual personas conocidas recomendaban sus lugares favoritos de Madrid y que en otros episodios salía por ejemplo Eva Amaral con Juan o Rubén Pozo (esa segunda mitad de Pereza, sabe). Después pasé unas canciones al móvil y durante ese tiempo -¡Díos mío!- me jalé la barra de pan entera, simplemente toda esa baguette larguísima, y además me dije que era perfecto porque así no se iba a endurecer :-) y también que no tenía que cortarla, es que se desmenuzaba tremendamente. Se trata de un pan corriente que se parece a "kaiserka" checa o esos panecillos que venden en Lidl. ¡Pero como me dolía la barriga por la noche, cuánto me reñía a mí misma! Por la noche también quería ir a esa minisala Búho Real donde esta vez era la entrada gratis ya que los lunes, cada dos semanas, tenía lugar el evento "Micro abierto" en el que actuaban los cantautores y cantantes que comenzaban. Dudaba si ir o no, el tiempo: nada especial. Sin embargo, mi vacilación la interrumpió la llegada de Begoña preguntando si tenía PEGAMENTO. Yo no sabía qué era, luego se me ocurrió "hřeben" pero para eso era otra -aunque parecida- palabra ("el peine"). Ay, esa chica quería "lepidlo". Entonces me enfadé conmigo misma y dije ¡Basta! ¡Nada de conciertos, hoy te quedarás en casa y estudiarás! Tomé el cuaderno y honradamente empollé toda la noche, eso era lo que necesitaba. Además, una anécdota chistosa – después de que las chicas se fueron a sacar a pasear al perro, alguien llamó a la puerta. Era una señora que ofrecía alarmas y necesitaba hablar con la dueña. Pues le expliqué que yo era extranjera y que las chicas no estaban en casa. Y ella se sumó a ese grupo de gente que elogiaba mi español. Sí, claro…querida señora, si usted me hubiera visto hace una hora cuando Begoña me pidió el pegamento…¡habría cambiado de opinión! Hinqué los codos hasta la una de la mañana. 

 

el martes 1 de octubre: 

Entonces por la mañana me acosté :-) y dormí hasta las 9:30. Ay, cómo mejoro :-). Por fin llegué a entender mi nuevo móvil y logré cancelar ese horrible sonido del despertador automáticamente ajustado. Cuando empezó a sonar la canción ajustada por mí, me di cuenta de que además iba a ser necesario regular el volumen. Produce un estruendo terrible. Y eso me importa debido a las chicas, no quiero despertarlas. Pero ellas la mayoría de las veces ya están despiertas, ya que son unas niñas muy buenas y se acuestan antes que yo. Bueno, ¡increíble! :-) Pues ¿qué planeaba hoy? Quería comprar algunos recuerdos de Madrid para que mi mamá y mi hermana pudieran llevárselos; luego quería ir a la facultad a por ese diploma, pasarme a recoger el número de octubre de esa revista con todos los conciertos y llegar hasta mi facultad: primero a examinar las aulas y también porque desde las cuatro tenía la primera clase. De camino a casa también quería hacer compras en la biotienda, ya que iba a pasar por allí, luego hacer una compra normal y por la noche ponerme la radio. No sé si usted se ha fijado en elllo pero esos martes conspiran contra mí. Yo siempre los planeo con toda pompa, siempre tienen algo que ver con la uni, ya que debido al estudio, de hecho, estoy aquí (o -por lo menos- tengo que fingirlo) y el resultado: ¡y un jamón! ¡Pero siempre un jamón riquísimo! De casa salí antes de las doce y me dije que lo que consiga hacer, estará bien. Fui por la calle Mayor y en la Plaza Mayor descubrí una tienda con fulares, Péťa quiere que le traiga alguno. Olvidé sacarles una foto para que pudiera elegir. Depués pasé por la pastelería donde había escogido una lata con cuadros de Madrid. Me la compré, incluso era posible comprarla vacía, o sea, sin galletas y encima me compré un imán de porcelana para la nevera: el letrero Calle de Alcalá, sí, esa calle de casi 11 kms de larga. Un recuerdo bonito. Luego me dirigí por el Palacio hacia la Plaza de España, a la calle Bailén a buscar un club en el que el 18 de octubre iba a actuar mi amada cantautora, una chavala: Carmen Boza. Ay, olvidé mencionárselo– el domingo encontré una programación de conciertos para octubre y mis propósitos de dedicar el tiempo al estudio otra vez se van al agua. Ya en mi pared está colgada una lista de eventos :-). Ese club lo encontré, se llegaba a él por un viaducto que había conocido en abril, sin embargo solo desde abajo, y ahora estando arriba la vista me dejó pasmada. Después fui a la facultad, pero aproveché para ir por esa calle de la que había hablado Leiva donde estaba la tienda de discos de vinilo. También esa tienda la encontré enseguida y aparte de ésta, muchas otras – una papelería, una librería (¡las adoro! No existe escaparate de libros en el que no me pare), una oficina de correos, una panadería…bueno, me dije lo perfectas que esas recomendaciones son  y para mí también útiles. Luego llegué hasta la ciudad universitaria, en una facultad recogí el número de octubre de la revista cultural y además econtré allí alguna otra con la programación de cines y teatros, es mucho más grueso que la de conciertos e incluso es solo semanal! Bueno, ya estamos otra vez :-). Después continué en camino a la facultad de filología a echar un vistazo para ver dónde estaba la oficina en la cual iba a recoger ese certificado. Pero andaba perdida, quizá la oficina ni se encuentra allí, así que por esta vez me esfumé y pasaré por allí el lunes. Después quería ir a mi facultad de educación para ver dónde estaban mis aulas y también dónde iba a tener lugar la reunión informativa de mañana para nosotros los estudiantes de Erasmus, pero eso coincidiría con mi primer clase. Simplemente en ese preciso momento en el cual llegaría a la facultad y encontraría esa aula, empezaría la primera clase, la cual decidí ignorar. Esos martes están, de algún modo, embrujados. Siempre me preparo para estudiar y todavía no lo he logrado :-). Tengo preparada una excusa "perfecta" - "úterý" es "martes" y "středa" se dice "miércoles", como puede ver, ambos empiezan con la letra M. Por eso como abreviatura se utiliza "M" para "ÚT" checo y "X" en lugar de "ST" checo. Así que yo diré que me equivoqué y que pensaba que "M" es para miércoles y por eso no llegué para esa clase. Mañana voy a tener dos clases, pero me coinciden con esa reunión, a lo mejor conseguiré llegar solo a una. En cualquier caso, mañana ya es indudable, ya no voy a poner excusas para nada e incluso estoy preparada mentalmente y acepto que estoy en Madrid (bueno, tengo que estar en Madrid) debido a los estudios. Pero la cosa es que hoy, después de cuatro días, el tiempo mejoró enormemente, así que decidí pasar de largo la facultad e ir por la calle que pasaba a esa biotienda mía. Allí volví a hacer compras. Incluso encontré la salsa de soja por cinco euros, las demás eran dos veces más caras y esa mía checa se me va agontando y absolutamente no durará dos semanas hasta que lleguen mi mamá y mi hermana y me traigan las reservas. También me paré en una panadería a comprar algo que se llamaba "palmera", lo que significaba o la palma como la planta o un tipo de bollería de hojaldre en forma de corazón. Estaba bañada en chocolate y yo se la vi el otro día a Inmaculada, entonces me dije que iba a probarla. Pero es enorme (ahora caigo por qué la compartió con Emejota :-))) y al darle un mordisco se desmenuza y la cobertura de chocolate se rompe. Simplemente si la comiera ahora, parecería un cerdo, entonces mi intención de sentarme en un banco y merendar fracasó. En lugar de eso se me hacía la boca agua todo el camino, o sea, casi una hora (con respecto a que ni en octubre paraba de ir andando y el metro lo seguía ignorando eh). Debido a mi prisa, aplacé la compra de comida normal, esperará hasta mañana. Por supuesto me dirigí a casa por otras calles. De camino me metí un rato en la muchedumbre de alumnos locales a los que les acababan de terminar las clases. ¡Y ellos son iguales en todo el mundo! Quizá con una pequeña diferencia - aquí en Madrid llevan mochilas escolares que tienen ruedas y mangas telescópicas, entonces uno no tiene que llevarlas en la espalda y puede arrastrarlas. Iba un poco por al lado para estar pronto en casa pero de buenas a primeras salí justo a una tienda de recuerdos en la calle principal en la que había escogido una taza con fotos de Madrid, entonces me paré allí enseguida a comprarla. Además, tenían otro letrero de Calle de Alcalá, esta vez de metal, que estaba colgada en los edificios de las afueras de Madrid. Y yo tengo que tener las dos. Tanto la de metal como la de cerámica porque significa que la recorrí en toda su longitud (bueno, significa PARA MÍ, para ser exacta, porque no es como El Camino de Santiago, la gente normal, en serio, no la anda a pie :-)). Pues y enfrente de esa tienda está el centro de cultura en cuya séptima planta se encuentra la azotea con la vista de todo Madrid. Aquí en España me enamoré de las decisiones espontáneas. Entonces cuando pasé de las clases, pues decidí subir a esa azotea, especialmente cuando me había aparecido en el camino. Sobre ella ya me contó Emejota, también la recomiendan en las guías y además quiero llevarlas allí a mi mamá y a mi hermana así que hoy quería verla sola. Y como ya he dicho, el tiempo mejoró increíblemente. Entonces compré una entrada por tres euritos, por el ascensor subí a la planta séptima y tenía curiosidad por saber qué iba a pasar con mi vértigo patológico. ¡¡¡¡Y fue maravilloso!!!! La barandilla es de hormigón y también hay barreras de metal así que la parte inferior fue perfecta y por arriba se veía espectacularmente todo Madrid. Simplemente una maravilla. Estaba encantada y sacaba fotos y sacaba y a usted le voy a mandar esas fotos. No voy a colgarlas en Facebook para que mi mamá y hermana no las vean. Quiero que sea una sorpresa para ellas porque si hace buen tiempo las llevaré aquí. Bueno, y luego ya quería ir a casa pero fui por el parque del Retiro y me dije "Debo estar metida en casa o puedo sentarme al aire libre en un banco?" Pues, estuve sentada afuera un rato y a casa llegué antes de las seis. Tenía una hambre tremenda, durante todo el paseo que había sido más largo que toda la Alcalá comí solo una manzana. Pero en la cocina estaba Begoña y me anunció que el desagüe del fregadero se había roto y que tenía que llamar a un reparador. Y según dijo, él iba a llegar en las próximas tres horas y por eso ella mientras tanto iba a hacer una escapada a la tienda. Jaja. En cuanto se fue: el timbre - sí, el fontanero. Y eso que dicen que los españoles son impuntuales y que tardan siglos en hacer todo. Pues le dije que era extranjera, él también elogió lo bien que hablaba y se puso con la reparación. En diez minutos tuvo todo reparado y no quería nada de dinero por eso, solo una firma :-). Y en cuanto se fue llegó corriendo Begoña con el perro y con el carro vacío. Me dijo que de camino a la tienda se había enterado de que el fontanero estaba a punto de llegar y que había querido encontrárselo. Qué va, Begoña, nos las arreglamos incluso sin ti :-). Por la noche además llamé a mis padres, escuché un programa de noche en la radio checa y empecé a escribir este email. A la una de la mañana caí por el cansancio a la cama y lo termino de escribir ahora. Me dolía la cabeza, lo que seguro lo había causado la falta de agua. Es que cuando voy andando, no siento ni esas ampollas, ni hambre ni sed. Bueno, y yo ayer estuve de camino más de seis horas sin beber. El horror de todos los horrores :-). Afortunadamente pasé durmiendo ese dolor y ahora voy a dirigirme a la facultad para esa reunión informativa. Ay, y por cierto, Carmen Boza anunció que las entradas para su concierto se habían agotado en dos horas, entonces yo no lograré asistir. Pero la capacidad de la sala es de solo unas cincuenta personas, durante su concierto estarán aquí mi madre y mi hermana y además, yo la vi cantar en vivo en mi primer concierto a principios de septiembre, aunque fueran solo tres canciones. O sea, con esto intento consolarme.

Ahora ya tengo que correr, las fotos ilustrativas las enviaré o por la noche o mañana, depende del tiempo si lo logro. No se deje derrumbar mentalmente por el hecho de que en su correo acabe de aparecer otro email mío y a usted no le quede tiempo para responder!!! Que todo le vaya bien, salude de mi parte a todos y cuando aparezca un poco de tiempo y usted tenga ganas, pues escríbame. Yo, como tradicionalmente, después de cinco días mandaré otro megaresumen. :-) ¡Espero!

Saluda Kristýna desde Madrid ;-)


 
las fotos con retraso, o sea, la ilustración para el megaemail n°5
 

hoy adjunto las fotos de los rascacielos que aparecieron delante de mí; y además esos dos inclinados; Madrid con la lluvia; el estadio Vicente Calderón; la estación de trenes de Atocha; una catedral; una vista desde el viaducto; la vista desde la azotea de la séptima planta; el perro de Begoña en mi cama :-) ; mis recuerdos de las tiendas; la pared y la palmera de la panadería :-) 
























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