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El megaemail n° 18 atrasado vergonzosamente

Mi querida maestra:

¡Diciembre está aquí y Horská con sus megaemails también! El retraso prefiero ni comentarlo y paso discretamente a la narración:


 

el domingo 1 de diciembre:

Decidí cancelar mi Alcalá tradicional. ¿Sabe usted por qué? Sigo diciéndome a todos los lugares que voy a ir...¡pero el tiempo vuela terriblemente! O sea, cuando me levanto a la una de la tarde (¿algunos reparos? ¡si ocho horas es una necesidad!) y a las dos salgo con éxito del piso, decido consagrar el día de hoy a Quique. Es que según el horóscopo debería vagar por las calles, ayer fue nublado, en cambio hoy hace un tiempo maravilloso y en el piso hace frío. Una constelación ideal. Igual que Leiva presentó en el diario El País sus diez lugares favoritos (y así se encargó del programa para toda mi estancia de abril), lo mismo pidieron también a Quique (y a un montón de, para mí, amables personajes, así que ni en diciembre me aburriré). Antes de salir, apunto bien esos lugares de Quique, agarro mi callojero y voy. La primera parada: el club Costello. Por cierto, ayer celebró un aniversario, en la fiesta tocaron incluso Sidecars (el grupo de Juancho, el hermano de Leiva, a los que todavía no he visto en vivo) y yo no podía estar allí, ya que me concidió con el concierto de Alamedadosoulna. Sin embargo, después de esos deberes de Didáctica, puedo estar contenta de que al final vi, por lo menos, a los "alamedanos". Después de ver en la calle Caballero de Gracia las persianas de metal cerradas y un letrero pequeño con el texto Costello (o sea, no es nada "mejor" que emprender unos viajes por los clubs por la tarde en vez de por la noche), me dirijo a la calle Hortaleza donde enseguida siento el olor a queso, pero no veo la pizzería, o sea, el segundo lugar favorito de Quique. Ay, como adoro vagar por la ciudad y buscar los números de los edificios. A continuación descubro el videoclub. ¿Registra usted esa diferencia entre un turista típico estando en Prado delante del Jardín de las delicias de El Bosco con un plano en la mano, que le aclara cada detalle de la pintura, y la loca de Horská estando en la calle delante de un videoclub "devorando" una información que aquí tienen dos versiones de alguna serie mientras que Quique agarró esa mala, de los años 90 y no de este año? Pero yo ese Prado algún día lo conquistaré, ahora solo no hay tiempo ni ganas (esas probablemente no las habrá nunca, pero para que no se diga). Más lista de esa información no-importante tacho el videoclub y después de consultar con el callojero subo a la Glorieta de Bilbao, encuentro el cine Verdi, vuelvo al café Comercial y al bar Cock, descubro el Café Berlín (todo escuchando la obra de Quique) y por la calle Segovia corro estupendamente paseada a casa, a comer con prisa y rápido a la película. Sí, el uno de diciembre, o sea, desde las siete Temporal por segunda vez. Aunque estoy bastante cansada de "La peregrinación tras las huellas de Quique González" la película también esta vez se me pasó volando increíblemente y me gustó aún más que la primera vez. Y no adivinará usted qué hice. Secretamente grabé esa canción final (¡eso porque no se puede conseguir en ningún lugar!). Del cine huyo a pasos agigantados. Justo a la vuelta de la esquina (sí, esquina, ningún rincón, jaja) saco el móvil y revelo que lo logré más que bien. ¡Con un sonido de tanta calidad no contaba en absoluto! Felicisísima pongo Play y durante el día de hoy ya no escucho nada más. En casa repaso las fotos de la excursión de hoy, y en la web descubro una de Leiva con Quique de la entrega de premios Rolling Stone del jueves. Al ver a esos dos me digo: "Chicos, ¡vosotros no tenéis ni PUTA IDEA de qué maravilloso uno de diciembre he vivido gracias a vosotros dos!" En serio no me acuerdo de ninguno más bonito...
 

 

el lunes 2 de diciembre:

¡¡¡Se me pegaron las sábanas!!! ¿Cómo ha podido pasar? Simplemente – con la reproducción interminable de la canción final de Temporal que había grabado ilegalmente se me descargó completamente mi megahíperextrasúper móvil modernísimo. Mientras que mi viejo Nokia arrancaba el despertador en cualquier situación, este chulo de la generación nueva no se molestó ni en piar. Qué hora era llegué a saberlo gracias a mi ipod. Las once y media es el tiempo para salir los lunes, mi amigo musical mostraba 11:31 (y en ese estado de shock ni me di cuenta de que estaba atrasado dos minutos). Con respecto al cielo cerúleo, el metro no entra en consideración y la cancelación de la clase del Hablador tampoco (cuánto he adelantado desde septiembre y octubre ¿¡eh!?). El tiempo límite son las 12, así que tengo apenas veinte minutos para vestirme rapidísimo, enmascarar la jeta y como Usain Bolt arrancar desde la puerta. No desayuno – no hay comida y no hay tiempo. La carrera me despierta y, sobre todo, ando por Hortaleza, ayer me gustó. Y la calle de al lado, Fuencarral, ya la conozco de memoria. Al regresar, voy por la calle Serrano. Qué pena que no sople el viento. Explico: a propósito, al caminar por esta calle larga, que desemboca en la Puerta de Alcalá, me pongo la canción "La ciudad del viento" de Quique porque en ella canta: "Hay una calle que lleva tu nombre en esta ciudad del viento...". Sí – "serrano" se puede traducir como "horský", o sea, la calle es mi apellido Horská. Al llegar a casa, averiguo que las chicas siguen estando fuera. Lo que por esta vez no lo tengo por una ventaja – en el piso hay 16° grados y yo no sé encender la calefacción, dejó de correr el agua caliente y desde el viernes no funciona el lavavajillas (no lava, enseguida quiere secar), los platos están sucios, pero a duras penas los lavaré con el agua fría. A continuación, el lunes ha traído estos placeres y problemas: pues, primero una alegría enorme por un email de la radio – recibí la confirmación para poder asistir al rodaje del programa "Abierto hasta las 2" con mi queridísimo Amaral, o sea, con Eva y Juan, en cuyo concierto estuve en marzo en Múnich. Dicen que el 18 de diciembre por la tarde me presente en un teatro en la calle Atocha. ¡Genial! Otra cosa: desde hoy está a disposición otra canción del nuevo álbum de Leiva que saldrá a la venta desde –tramtadadá- el 28 de enero de 2014 (el billete de avión sigo teniéndolo para el 31 de enero, así que ese disco ansiadísimo de verdad lograré comprarlo personalmente, ¡uuuuuuuf!) y a la tercera: mañana, debido a la enfermedad de la profesora, es cancelada la clase de Didáctica. Me alegra que haya escrito un email y así no correré a la uni en vano, y además podré dormir un poco más, lo que después de hoy, me viene especialmente bien, ¿a que sí? Bueno, y ahora esos problemas. Antes de la medianoche expirará el tiempo para entregar los deberes de Psicología – el análisis de la película "La naranja mecánica", la cual no tengo dónde ver - ni en checo, ni en español, ni en inglés. Así que llegó la hora de la vieja conocida de todos los estudiantes, sí, la Wikipedia, y yo escribo bodrios e invento tonterías en directo. También llamo a casa, aviso de que los zapatos rotos no me sirvieron ni dos meses. Evidentemente no están construidos para 15 kms al día, más mis 25 kms de los fines de semana. Será necesario enfocarse en un calzado que garantice los kilómetros y no los meses. Y la última cosa: las chicas me echaron un rapapolvo por el estado de la cocina – sin tomar en cuenta que esa pocilga no la había hecho yo y el agua, la calefacción y el lavavajillas "rebeldes", sin los que apenas podía pulir la cocina, se lo comenté justo en la puerta. Por otro lado – ¡me lo merezco! Llevo aquí viviendo desde septiembre y siempre cuando había algún problema no me preocupaba por él, sino que esperaba a ver cuál de las hablantes nativas y ciudadanas españolas lo iba a arreglar. Ya es la hora de empezar a comportarme adecuadamente a mi edad, ya sea tartamuda o no, ya sea extranjera o no.
 

 

el martes 3 de diciembre:

Hace (como si pudiera ser de otra manera) un tiempo maravilloso, hace sol, 15°C. Voy a la facultad dando un rodeo por El Tulipán – otro bar recomendado por Quique, no obstante, el domingo estaba lejos para mí y así no lograría llegar a tiempo a la proyección de Temporal. Hoy también está lejos, pero me alegra largarme del piso cuanto antes. De camino, un tipo notó mi vinilo bolso y casi se rompió el cuello torciendo la cabeza para comprobar a segunda vista lo que había visto. También reaccionó amablemente una vendedora en Carrefour, adonde fui a por un queso y una barra de pan, y los dos me puse a comerlos con mucho gusto en un banco abandonado en Retiro cuando regresaba a oscuras a casa. Si usted tiene la sensación de que he omitido describir las clases, pues, lo he hecho con intención – la Didáctica de hoy fue cancelada y la Psicología del Aprendizaje era una lata que ni vale la pena hablar de ella. En casa, por fin, le hice explicarme a Emejota dónde se enciende la calefacción y a Inma le pido la explicación de cómo se pone el agua caliente. Se activa en un calentador con x- palanquitas, sin embargo, para el agua es solo la negra ("La aprietas hacia ti, pero solo un ratito, porque podría explotar ¿sabes?"). Bueno, no veo cómo con mi español y con mi respeto a la tecnología puedo resolver esto por el teléfono. En la red descubro una entrevista con los autores de Temporal, aparece en ella incluso Leiva. Y también descubro una entrevista bonita con mi queridísimo escritor y poeta Benjamín Prado. Al comienzo, el periodista entrevistó a su hija porque Benjamín se retrasó en la tele. Esa niña, o -mejor dicho- una señorita de más o menos trece años, se llama Dylan. No, no se trata de un típico nombre de chicas español. Sí, es el apellido del cantautor americano famoso. Benjamín Prado lo adora tanto que en honor de él llamó así a su hija. Ejem, ¿cómo le suena "Leiva Horská"? :-)
 

 

el miércoles 4 de diciembre:

Hoy hace un tiempo tan maravilloso que el abrigo lo dejo en el armario y llevo una chaqueta fina. La Psicopatología fue guay, aunque cuando le pregunté al Hablador cuándo llegaría a saber el resultado del examen (ese del 3 de febrero), me respondió que lo iba a corregir en unas dos semanas. Jajaja. Si el disco de Leiva saliera en la mitad de febrero, sería otro cantar. Pero así, habrá que resolver esta situación. Por supuesto – después de conocer la fecha del concierto madrileño. A casa regreso otra vez por esa calle "mía", o sea, por Serrano, sin embargo esta vez ando por la acera opuesta. Le anuncio con orgullo que en ella descubrí una librería guay de la que salí con la misma suma en mi cartera con la que había entrado en ella, aunque tuve en la mano un libro de texto de español genial. Luego paso un tiempo sentada junto al Teatro Fernán Gómez, que conozco gracias a Leiva porque allí dio un concierto con Iván Ferreiro, y yo hasta el día de hoy me reprocho que aquella vez (en febrero de 2013) no me atreví a volar a su presentación común. A casa voy con prisa, desde las 18 ponen en la red la entrevista con Vikxie (el primo de Leiva que estaba pasmado con mi vinilo bolso y que sabe en checo dos expresiones – "Jak se máš?"/"¿Cómo estás?" y "kurva"/"puta"). Por la noche a Begoña le interesa saber qué voy a hacer mañana por la tarde – mi habitación llegará a verla un californiano. No, no tema usted, no me echaron a la calle debido a la cocina. :-) El chaval busca una vivienda desde febrero. A las chicas les aseguro que tienen mi habitación a su disposición, sin mí, ya que estaré de camino a la uni. En el resto de la noche me pongo a reducir los trabajos pendientes, llamados: lavar la ropa y escribir los megaemails.
 

 

el jueves 5 de diciembre:

En cuanto salgo de la cama, me dirijo a sacar la ropa de la secadora, a la que planeé un turno de noche. Pero parece que la chica ganduleaba. Seca me devuelve solo una cosa – la tarjeta de crédito desaparecida de Inma, pero la ropa está húmeda. No, no se trata en absoluto de la mitad de mi armario y de las cosas en las que necesito salir dentro de poco. ¡Hooostiaaa! Todo el proceso puedo repetirlo. Mi desesperación la nota Emejota y me pregunta si "oigo el agua". La miro sin entender, y a la vez intento repasar en la mente todos los modismos, a fin de descifrar qué podría significar esa pregunta suya. Ejem. Más o menos hace un mes me extrañaba de por qué la secadora de vez en cuando varias veces se paraba y empezaba a parpadear. Begoña me explicó que simplemente lo hacía a veces, que no le prestara la atención y que volviera a ponerla normalmente. Lo que en la práctica significa cada cinco minutos correr al mando y secar dos días. Ahora un consejo – si algún día vive aquí y algo deja de funcionar, no consulte nada con Begoña y siempre vaya a por Emejota. Oír el agua significa oír el agua. Para que lo entienda usted, la secadora tiene un compartimento "secreto", por el tamaño lo llamaremos un depósito, que de vez en cuando se llena de agua y hay que vaciarlo. Además, esa máquina inteligente se lo avisa de tal manera que deja de secar y se pone a parpadear. Sobre mi estancia en el cuarto de baño es todo. La cocina: aquí preparo la sopa de calabaza – una parte la como, el resto lo vierto sagazmente en mi termo, ya que hoy tengo las clases largas - y estoy para salir. Solo para asegurar, echo un vistazo al email, por si la profesora no sigue estando enferma. Y qué sorpresa – ¡lo sigue estando! Pide disculpas, pero el resfriado persistente no le permite llegar hoy. Dice que nos veremos el martes. Así que yo tengo un cuarto de litro de sopa para comer y casi dos horas libres para mí. Bueno, por lo menos conoceré a ese americano. Después de la una, llega corriendo Begoña, Emejota está puliendo la cocina y en ese momento llama al timbre el americano, avisando de su presencia. Entonces lo único que Begoña logra hacer es darle un grito a Emejota, que le arregle su habitación, o sea, que esas cosas desordenadas por el suelo, por la cama y por la mesa las apiñe rápidamente en el armario. A Emejota le echo una mano y la cocina la termino barriendo yo misma, mientras que ella corre a poner en un estado aceptable la habitación de aquella que el lunes tenía más comentarios a mi costa acerca de la cocina sucia del finde. Y que a la vez tenía el turno de su limpieza, jajaja). El chico es fiel a su nacionalidad – la sonrisa de oreja a oreja y el acento "from d iunaityd steits, ou yeees". Me confunde tanto que combino el saludo – le beso las mejillas y la vez le estrecho la mano. Después de mirar el piso, dice que en una semana avisará de si se ha decidido. Y yo salgo por un Madrid soleado con rumbo a la facultad. La clase de Psicología la pasé bien ya que otra vez me dedicaba a mi agenda para el próximo año y no a la pedagogía social que de verdad me importa un comino. Estar metida en la uni hoy lo recibo con agrado, también porque de camino a casa paso por la Galileo, que está abierta desde las 18, para reservar la mesa para Rebeca Jiménez (dentro de una semana tendrá un concierto allí). Me tropiezo con otro camarero que habitualmente está desesperado tanto de mi nombre no español como de mi deseo de reservar solo una silla. Un inexperto. :-) Bueno, y también después de mucho tiempo hago la compra en la tienda de alimentación natural, ya que hoy la tengo tan a mano en el camino. Aparte del tofu y copos de avena, agarro un mosto de manzana. Normalmente no me vendría a la mente, pero como el lunes mi familia por el Skype se jactó de cuántas provisiones tenían en casa, me acometieron unas ganas tremendas y no podía dejar allí esa botellita. Qué delicia y qué variación después de esas cervezas, vinos y cafés con leche (Por Dios, Horská, ¿¿¿aún sigues siendo tú???). Pero menos mal que estamos hablando sobre ese café – casi olvidé ir al Café Libertad donde quiero comprarme los discos de Dani Flaco (=el Cantautor (no)Cerdo). Después de repasar el dueño todos los estantes detrás de la barra y también delante de ella, me comunica tristemente que están agotados. Nooooooo. Una trageeediaaaaa. No soy capaz en absoluto de verlo por el lado positivo, es decir, no hay discos=te queda dinero para la comida. En casa aprendo (tranquila, la frase continúa) esa nueva canción de Leiva. Apunto unas nuevas palabras, apuro la sopa de calabaza que llevé conmigo en el termo, pero durante el día ni la toqué y me acuesto. Para mañana hay que estar en forma ya que sobre el tapete estará Alcalá y el concierto.
 

¡Un beso a la izquierda, un beso a la derecha!


Saluda


retrasada Kristýna desde Madrid


La fotodocumentación atrasada n° 18:

Se me colgó el netbook y no lograba enviar las fotos, por eso el retraso...
Generalmente se trata de aquella "expedición tras las huellas de Quique González" del domingo – el club de música El Costello; la pizzería El Vesuvio; el alquiler de DVDs; la Glorieta de Bilbao (la plaza circular); el cine Verdi; el café Comercial; un bar de cóctel; el restaurante Tulipán; el café Berlín; "mi" calle Serrano/Horská; el resumen lleno de conciertos de noviembre y para diciembre; una pared pintada de una casa en la calle Hortaleza.

K.

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