El primer megaemail de este año y a la vez los días del año pasado resumidos los tiene por fin aquí. Que hágase una idea:
el viernes 27 del diciembre:
Bueno, una parte del día de hoy, de hecho, ya la conoce, ya que la foto con Leiva se produjo después de la una de la mañana. A la cama llegué no antes de las seis de la mañana, dormí hasta la tarde y el resto del día lo pasé en el piso. Escribí a Anita que Leiva ya sabía por fin quién es la autora de la carta y para aclararlo añadí la foto. :-) La noche me la avivaron las llamadas de Inma y de Begoña. En Madrid olvidaron algunas cosas y me explicaron dónde exactamente las encontraría. Dicen que las ponga en una bolsa y que espere durante el finde a su tío, que las recogerá. Genial.
el sábado 28 del diciembre:
El tiempo que hace y la fecha de mi salida, que se acerca cada vez más rápido, me obligaron a prescribir para el día de hoy otro paseo por una nueva ruta, aunque me siento algo rara. En el encantamiento del encuentro con Leiva cara a cara no me di cuenta en absoluto de que el viernes había comido solo una barra de pan y una zanahoria cruda. Y sobre el dormitar durante el día ni hablo. Así que hoy apenas me mantengo en pie, entonces solo doy un paseo hacia el puente espiral. No sé de qué otra manera llamar esa construcción. Se trata de una pasarela a través del río Manzanares (* El puente monumental de Arganzuela) que de lejos parece una espiral. Después de regresar, veo fragmentos de varias películas, es que "inesperadamente" no puedo elegir alguna concreta. A la vez descargo dos películas nuevas y le escribo el "veintidós" electrónico. Por la noche pasan por aquí los parientes de Begoña e Inma, solo recogen aquella bolsa llena de cosas olvidadas y se van. Pues, ya tengo todo hecho.
el domingo 29 del diciembre:
Hoy hizo un tiempo maravilloso ya desde la mañana, bueno, yo debería decir – desde el momento en qué abrí los ojos y eché un vistazo hacia el cielo. Escarmentada por el día de ayer, me di el gusto de una comida abundante. Como estamos en el finde y yo de nuevo pienso hacer una innovación por Alcalá (esta vez con un desvío a la izquierda junto a la Ventas), en lugar de la sopa miso me preparo el risotto tahini. No solo que llena mucho mejor, sino que cuando uno está de paseo (y los aseos Dios sabe dónde), una sopa no le hace un buen servicio. Sí, sí, también esto tenemos que tener en cuenta nosotras las callejeras avanzadas. Salí a las 12:30. Cerca de Ventas absolutamente con intención giré a una calle nueva pensando que volvería a conectarme a Alcalá de algún modo. Pero de camino, al hojear por mi callojero, llegué a saber que estaba muy cerca de la arteria Avenida de América, no lejos está el parque Pinar del Rey y desde allí puedo dirigirme hacia Mar de Cristal, que además se halla al lado del Campo de las Naciones, el escenario de las ferias madrileñas. Bueno y debajo de él se encuentra otro parque, esta vez enorme y para mí todavía desconocido, Juan Carlos I, que linda con El Capricho, es decir, en esencia el fin de Alcalá. Y por ella puedo regresar a casa. Al piso llegué a las 19 "paseada" estupendamente. A continuación, me di cuenta de que durante esas más de seis horas no me había sentando absolutamente en ningún lugar, de hecho, ni me había parado, y cuando luego puse mi ruta en Google, resultaron ser unos 33 kms. Siempre les digo a mis piernitas que uno nunca sabe si no acabará postrado en una silla de ruedas y por eso hay que caminar con todas las fuerzas hasta que se pueda. Hoy me hicieron constar que si no dejaba de maltratarlas se encargarían de que no tuviera ningunas fuerzas y eso muy prontito. Sorry, piernas mías...
el lunes 30 del diciembre:
Y tenemos aquí otro día (de vacaciones) y con él un nuevo paseo, o sea, el discapacitado de guerra resurge. La intención original: solamente dar un paseo por la calle detrás de la estación de trenes Atocha, echar un vistazo al parque recomendado por Juan de Amaral que está "justo al lado" y rápidamente ¡a casa! porque algún tendón en mi pie derecho o yo que sé se decidió a manifestarse por sus derechos y ya desde la medianoche se armó la marimorena. O sea, hoy ningún gran esfuerzo. Ejem, la realidad: por la calle larga Méndez Álvaro encamino hacia Puente Vallecas, a pie hago caso omiso de otras dos paradas del metro porque -qué sorpresa- resulta que ese parque no está tan "justo al lado". Pero de qué va sobre todo: después de descubrirlo no puedo creer a mis propios ojos. Me costó ya solo averiguar su localización, ya que en lugar del nombre oficial ("Parque Cerro del Tío Pío"), Juan utilizó la expresión con la que lo llaman los habitantes de aquí – "Tetas". Eso porque esas colinas causan la impresión de un escote femenino. Yo lo llamaría "Lhotky". Adivine por qué. Madre mía, ¿¿¿yo pobrecita llego cojeando a algún lugar para después mirar unas colinas corrientísimas sin nada, a las que arriba dominan solo unos cuantos bloques de pisos??? Me decido a superarlas solo para que no se diga. Cojeando me arratstro hacia arriba y maldigo a Juan. Lo tenía por un bicho raro ya en el momento en que hablaba sobre aquel atraco del bar en Argentina, en el que, en vez de estar escondido en el suelo, observaba fascinado desde la banqueta como si estuviera sentado en el cine. ¡Y a este hombre le gustan, por favor, en Madrid, en esa metrópoli española llena de parques preciosos, unas colinas corrientísimas! Arriba me vuelvo y me quedo pasmadísima. A Juan le pedía perdón para mis adentros unos buenos diez minutos. Mi querida maestra, una vista tan fenomenal de Madrid, -que de repente se me puso a los pies- no he vivido. Estaba sentada allí en un banco, escuchaba Amaral y fascinada miraba a todos los lados. No tenía ningunas ganas de bajar. Pero después de una media hora no había otro remedio, me esperaban obligaciones – sacar efectivo en el banco y hacer la compra. En el Carrefour – en ese donde no se puede pagar con tarjeta, pagué la compra -qué sorpresa- con tarjeta. Sí, podía ahorrarme el arrastrar las bolsas desde El Corte Inglés en Sol si aquella vez hubiera preguntado, como ese chico hoy que estaba delante de mí, si aceptaban tarjetas. Enhorabuena Horská. También en el último momento recargué el saldo y arreaba a casa. Dado que por fin averigüé la fecha exacta del control en la consulta de mi podólogo, donde no estuve en febrero como pensaba, sino ya antes de la Navidad de 2012, le escribo un email para pedir la hora para el próximo control anual. Suplico un término cercano, ya que en las piernas tengo ya mil millas y mis plantillas 3D están, debido al andar constante, comprimidas. Aunque está de vacaciones, responde enseguida, dice que después de volver echará un vistazo a la agenda e intentará encontrar algún hueco. ¡Qué suerte que lo tengo! Y a la vez hace bip la secadora. ¡Mira! He descubierto un botón que activa una señal sonora avisando de que ya ha terminado. No sé si la superstición de la Nochevieja, de que en ese día no debería estar la ropa tendida, tiene que ver también con las cosas secadas por un aparato moderno, en cualquier caso, siento alivio cuando el bip suena todavía hoy, o sea, cinco minutos antes de la medianoche. En Youtube escucho una grabación de la canción "Revolución" de Eva Amaral desde aquel teatro donde la interpretó de una manera increíble. Ya tengo ganas de ponérsela también a usted. :-)
el martes 31 del diciembre:
Como una buena tirana de mis pies, aprovecho también el último día del año 2013 para su devastación. Del maratón los salva hoy el hecho de que de la cama salgo tarde y por la noche viene Marcelka. O sea, para la corta tarde de hoy elijo el camino "...desde las Ventas hasta Chamberí..." lo que es el estribillo de la canción de Quique González "Calles de Madrid". Además, noto que Leiva para sus fans preparó como una sorpresa dos canciones nuevas que publicará hoy y, qué sorpresa – a disposición están incluso antes de mi salida. ¡Pero qué prisa de repente eh! Las canciones se llaman "Ciencia ficción" y "Tu respiración". Es una pena que la segunda no vaya a estar incluida en el disco, desde el gramófono sonaría magníficamente. En las Ventas me encamino por el parque El Retiro. Es tan grande que allí siempre descubro algo nuevo, esta vez una pequeña biblioteca – unos estantes de mármol donde puede traer los libros que ya no quiere en casa y a cambio puede llevarse lo que allí dejaron los demás. De camino a casa, de Chamberí llego a saber que mi bar favorito, Santander (donde el otro día estuve tomando café y una baguette tostada – y ahora estoy sentada aquí de nuevo y escribo "el veinticuatro"), está abierto "366 días en el año" lo que es genial. Algún día quiero pasar por allí a tomar pulpo. Hoy ha sido un paseo bonito y pese al cielo nublado prescindí del paraguas. Antes de que llegue Marcelka, arreglo el piso y en el Facebook me divierte la carta de año nuevo de mi amiga y bailadora Petra Šmídová (hija de Šmíd, que tiene la joyería en Třebová) para la que utilizó la cita: "El optimista es alguien que piensa que dar un paso atrás, después de haberlo dado hacia delante, no es un desastre, es un cha-cha." :-)) Marcelka toca el timbre antes de las nueve equipada con los ingredientes para las crepes. Yo le prometí preparar la salsa de lenteja roja. Estaba encantada con ella y enseguida quería la receta. La noche la pasamos charlando esta vez sobre el tema de nuestros amores versus los horóscopos (qué tipos de hombres nos aconseja la astrología), como siempre nos partíamos de risa al discutir sobre eso y antes de la medianoche nos dirigimos equipadas con uvas a la plaza central – la Puerta del Sol.
Saluda
Kristýna desde Madrid :-)
La fotodocumentación n° 24:
Para el día de hoy usted encontrará allí: una foto desenfocada de mí y de la novia de Leiva (o sea, ponga la cámara en manos de los hombres :-)) y de mí con Juancho (el hermano de Leiva, ¡pero qué tío! :-)). No quería enviarlas el otro día en el especial. :-) Añado también aquella ametralladora-secadora grandísima como un váter. Y luego ya acerca del 24: el puente espiral; el parque Juan Carlos I.; el parque de colinas "Tetas", el preferido de Juan de Amaral, con una vista fenomenal; un pavo real y la biblioteca pequeña de El Retiro; la arena las Ventas y la plaza Chamberí; las uvas (¡una foto preciada!) y la foto del mapa de Google de mi ruta del domingo de seis horas, para que se haga una idea.
K.
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