El retraso es vergonzoso, entonces procedamos a la descripción de los últimos días de noviembre con una velocidad cósmica, o sea, con la misma con la que pasaron:
el martes 26 de noviembre:
Sin mirar al otoño avanzado, sigue haciendo aquí un tiempo maravilloso. He oído que en Madrid la mayoría de los días son soleados, pero que incluso en noviembre y diciembre sería el cielo azul, eso no podía imaginarlo. Antes de salir preparé ejemplarmente una comida completa y ¡yupi! a la facultad. Hoy me gustó un montón Didáctica – bueno, prescindo del hecho de que como deberes debíamos estudiar el capítulo número cuatro, lo que yo omití totalmente y la lectura realizada la tenía que fingir (menos mal que tengo tanta "experiencia profesional"). La profesora entró en la clase con una maleta -en ese momento pensé que había llegado del aeropuerto- pero luego de ella sacó un montón de libros de texto de español de todo tipo. Es que el tema de la clase eran justo estos accesorios escolares. Gracias a eso descubrí un estupendo manual de conversación. Por desgracia, en Madrid es imposible conseguirlo, pero lo tienen en la biblioteca de Praga de Instituto Cervantes, así que, con su disgusto, le encargué a mi hermana que lo pidiera prestado y escaneara ese tesoro. A cambio de un regaliz. Espero no olvidarlo durante mi salida. ¡Ella me mataría! La segunda clase - el rollo de siempre, sin embargo, antes de empezar, un profesor que enseña estudios religiosos antes de nuestra Psicología se quedó charlando conmigo. Cuando le dije que era de Bohemia le interesó muchísimo qué tal los checos y la fe. Bueno, los checos armonizan con Dios igual que mi vocabulario español con la religión. Menos mal que él era ese tipo de hombre que hace las preguntas a las que inmediatamente después responde él mismo, así que yo, de hecho, solo asentía con la cabeza y añadía "sí", aunque de vez en cuando le asentía "Dios sabe qué" (¡qué oportuno! :-)). Después de que me comunicara que en la primavera iba a ir a Praga, movilicé todo mi arte conversacional y le deseé que se pasara la estancia bien y añadí que Praga era de verdad hermosa. Uf. Dado que el almuerzo lo digerí hace mucho y hoy olvidé tomar una merienda de camino a casa, decidí optar por la solución más barata y más rápida. La señora en la tienda me pasó la barra de pan diciendo que todavía estaba caliente así que "...vas a calentarte bien las manos..." (en cuanto se ponga el sol hace aquí un frío que pela, sabe usted). Le sonreí, le di las gracias y en vez de mi camino habitual por una calle animada, me dirigí hacia un parque oscuro para "calentarme bien la barriguita". En casa averiguo que el concierto de hoy de César Pop con Rébeca Jiménez en Libertad evidentemente no se celebrará. Según la revista Madrid en vivo deberían actuar desde las 22:30, pero ni la cuenta de César, ni la de Rebeca, ni la de Libertad indican algo así. Una noche libre súbita la paso enfrente del ordenador. En la red descubro una entrevista de Leiva hecha hace una semana en el estreno de Temporal. Con mis propios oídos lo oigo decir que el disco saldrá a finales de enero. Y ya que otra vez estamos hablando sobre ese tipo – gracias por su mensaje. :-) Me hizo reír cuando usted quería que me dirigiera a él en alguna firma de discos. Como si usted no supiera con qué frecuencia se entretejía en mi camino aquí... :-) O sea, cuando lo encuentre por cuarta vez y si no llama por teléfono, entonces... entonces me diré "Nooo, ya le he dado la lata bastante" y sin decir ni pío lo pasaré por alto y me daré el piro como una cagada. Muy probable según me conozco. :-)
el miércoles 27 de noviembre:
Aparte de que corrí a la clase del Hablador hoy me esperaba otro concierto. La entrada no logré imprimirla en casa, no obstante, era posible recogerla en la taquilla, lo que recibí con agrado, ya que solo así tendría la original. De camino -al fin y al cabo, como habitualmente- me pararon unos encuestadores callejeros. Como tenía tiempo y a la vez sigo teniendo en la cabeza esa película Temporal, donde su trabajo temporal desesperado estaba ilustrado de forma genial, me compadecí y con alguna chica de Médicos Sin Fronteras me quedé charlando aunque justo en el comienzo avisé de que yo era extranjera. Preguntó si quería intentarlo en inglés, lo que rechacé enseguida diciendo que esa lengua asquerosa la odiaba. Eso la agradeció igual que cuando de mí salió a dónde voy. Dado que charlamos sobre los movimientos de rock and roll de Loquillo y de su música para un debate sobre la acción de los voluntarios en Asia ya no tenía tiempo, así que le garabateé mi mail y corrí a por la entrada y a la sala. Delante de ella, el guardia controlaba los bolsos y bolsas. Ay, ¡cómo desearía que viera la cara de ese tipo cuando delante de él puse mi bolso vinilo! :-) El concierto fue genial – actuaron Loquillo con Sabino Mendéz, mis queridos Amaral, Coque Malla, Rosendo y por fin vi también a Kike Veneno, además descubrí a un grupo: Dorian. Un evento excelente con un presentador chistoso. Me fui contenta después de más de tres horas. Cuando salí, había en la acera algo blanco y asqueroso, algún polvo o yo qué sé. Usted probablemente lo presiente, pero yo no voy a nombrarlo, especialmente si antes del amanecer se desheló.
el jueves 28 de noviembre:
Primer jueves que tengo dos clases consecutivas como el martes. Y qué bien me hubiera venido salir después de las tres y no a la una. Otra vez, como ejemplarmente la comida completa y -escarmentada del martes- echo al bolso una manzana y un yogur. Pese a la demora, tengo que decir que la Didáctica de hoy ha merecido la pena y hasta me parece una pena que no se me hubiera ocurrido asistir también a las clases del grupo anterior. Imagine usted, los jueves están reservados para las prácticas – cuatro o cinco estudiantes presentan alguna situación didáctica. La clase me animó increíblemente, además estoy en el grupo con una compañera maja, Lucía, o sea, genial. Bueno, y hoy también esa segunda clase -la Psicología de Aprendizaje- fue guay. Es que yo decidí entretenerme a mi manera y ese tiempo pasarlo redactando las cosas que puedo esperar con ilusión cuando llegue a casa. Antes de irme a Erasmus, la estancia a largo plazo en Madrid me daba tanto miedo que intentaba juntar las máximas maneras favoritas posibles de cómo iba a pasar el tiempo aquí si me acometiera la melancolía. Jajajajaja. Eso evidentemente no pasará, en cambio, imaginar que lloraré a mares ya en el bus con destino al aeropuerto exige una lista bien pensada para la vuelta a casa. Bueno, y para eso fue la clase de hoy perfecta. Nunca me ha pasado así. De camino a casa compro una barra de pan, pero ¡ojo! Debería sonar el himno. Sí, el jueves 28 de noviembre de 2013 pasará a la historia como el primer día en que logré llevar aquella barra del punto A al punto B sin ningún bocado en ella. Empieza a despertarse en mí una española real. Y qué poco bastó – no descuidarme antes de salir y tomar conmigo una merienda (recuérdalo, Horská, e intenta repetirlo cuanto antes de nuevo, ¿vale?). En casa averigüé que estoy sin zanahoria. Pues, entonces cogí una bolsa con plásticos, otra con papeles y con una parada junto a los contenedores de colores, llegué hasta la verdulería, donde agarro un kilo de zanahorias, y por la calle Atocha regreso a casa. Abajo, a su fin, vuelve a estar esa muchedumbre de gente que aparece allí con regularidad a las horas nocturnas varias veces por semana. A menudo me digo qué eventos pasan todo el rato allí, pero siempro se me esfuma de la cabeza. Esta vez avisto unos rótulos "Rolling Stone" y se me ocurre que esta revista probablemente celebra alguna fiesta. En casa, enseguida pongo la red para estar al corriente. Pues – no se trata de ninguna fiesta, en el teatro Kapital se otorgan los premios de música anuales con presencia de los cracks de la música más grandes. Si quiere reír, pues sí, Leiva llegó allí unos cinco minutos después de que yo pasara por allí. Y también está allí Quique González y Loquillo y Rubén Pozo e Iván Ferreiro y muchos otros y yo tengo ganas de saltar del viaducto. Voy a desperdiciar una ocasión así, ¡YO TAN IDIOTA! Pero lo más importante es que tengo la zanahoria... en cambio Quique tiene el premio por el mejor álbum (ese que tengo garabateado por él), Iván Ferreiro lo tiene por la canción (* por "Pájaro azul") y Leiva con Loquillo por la mejor gira (es esa en la que estuve secretamente en junio). Ayyyy, cómo me gustaría verlos a todos en la acera en vez de en la pantalla de mi portátil... mi estado de ánimo lo mejoró el mail de los organizadores de Temporal. Añadieron otros días de proyecciones, entonces dicen que puedo ir el 1 de diciembre. ¡Qué película independiente tan bien hecha que quiero verla una vez más! Y escuchar la música de Leiva, asimismo. En recompensa, me decido a alegrar a Adéla, la autora de mi vinilobolso, y le escribo un mail de agradecimiento con todas las reacciones positivas que mi bolso obtiene en la metrópoli española. Luego, ya cansada, caigo a la cama.
el viernes 29 de noviembre:
Los viernes, como tengo estos días libres, soy capaz de holgazanear en la cama tanto tiempo como quiera. Pero para que no sea de ese "quiera" demasiado, me aseguré el salir de la cama acordando una cita por Skype con Péťa a las doce (del mediodía). El tema principal de nuestra llamada es su piso nuevo en Letñany (*un barrio en el suburbio de Praga) al que me invita y yo ya tengo muchas ganas de visitarla allí. A través de la pantalla parece estupendo. Por la tarde, corro a Carrefour para recargar el saldo y una vez que estoy allí agarro -por hábito- las galletas Príncipe. Ya me he jalado aquí tantas que en mis venas tiene que circular sangre azul y colesterol amarillo de ellas. De camino a casa me paro en mi banco favorito al lado del Prado y leo. Es que en cuanto a las temperaturas, estamos en la fase en la que afuera hay más grados celsius que en el piso. Por eso intento pasar el máximo tiempo posible fuera del piso, pero va en detrimento del trabajo que requiere quedarse sentado frente al portátil – es decir, los deberes y los megaemails. Después de llegar, en la puerta me cruzo con Inma que está para salir. Yo me arreglo y me dirigo a Galileo al concierto de Marwan. Su obra prácticamente no la conozco, además me riño porque en toda la semana no encontré un hueco para pasar por la sala (o darme aliento para llamar allí) y reservarme la mesa. Es que de los conciertos de pie me duele la espalda (para nada las piernas, ellas están acostumbradas conmigo a galeras mucho peores ¿eh? :-)). Subiendo por la calle Galileo hasta su fin, donde el club se encuentra, paso de largo a muchedumbres de gente alineados en cola. En la entrada averiguo que lo que no quería reconocer es verdad, en serio: esa tremenda cola es para Marwan. No, yo de verdad no pienso volver y formar cola como una tonta. Para acallar la conciencia me digo que esa gente seguramente no tiene compradas las entradas, mientras que yo sí y enseguida la mía se la doy al personal en la puerta. ¡Bip! y se puede entrar. Sí, Horská -como si nada- acaba de colarse a unas cincuenta personas. No digo que no me parezca indecoroso. Prometo que ha sido la primera y la última vez. Mientras que es despachado el público bien educado, o sea, el que está esperando afuera, yo en el bar pido una Coca-Cola. No, no y no. Igual que después de tres meses no soy capaz de expresarme con fluidez, besarme apropiadamente y la barra de pan con una sola excepción no devorarla de un tirón, entonces simplemente no puedo acostumbrarme a gritar, en el marco de pedir la bebida: "¡SIN HIELO!" ¿Pero se le ocurriría? ¿¿¿A finales de noviembre??? El concierto empezó a las nueve y media y le digo que una sala tan petada todavía no la había visto. Sin embargo, qué pasó... Kristýnka a las diez "descubrió" que no le gustaba. Al haber darme cuenta de que en realidad no esperaba otra canción sino el fin, me dije que mi tiempo ahora ya era valioso y no tenía sentido malgastarlo así. Si hubiera estado sentada, tal vez lo habría soportado, pero estar de pie prolongaba mi aburrimiento aún más. Y sobre todo, me molestaba que mientras todo el mundo había estado encantado con Marwan desde su primer tono, conmigo no hacía ni de lejos lo mismo como cuando abre la boca Dani Flaco (=el cantautor No-Cerdo). Él sabe incluso toser de tal manera que se me pone la piel de galina. Por la entrada pagué unos diez euros, por el refresco, cinco, lo que con respecto a mi huida anticipada podría resultar como un fracaso económico pero ojo – cogí unos folletos de noviembre y para diciembre, también el número nuevo del magacín cultural y pregunté desde cuando era posible reservar la mesa para el concierto de diciembre de Rebeca Jiménez (esa que debía actuar el martes con César en Libertad) y además estiré bien las piernas. Es que regresando a casa no corría como suelo hacer, sino que al contrario caminaba por las calles y disfrutaba del Madrid nocturno. Y por cierto, una sorpresita: hoy recibí la postal de Weidy. Tenía que mandarle mi dirección porque quería "hacerme feliz" con una felicitación de Navidad. Pero con esa idea la mandé a hacer gárgaras y exigía una postal de Londres. Sí, Weidy es esa amiga que en vez de Madrid preferió Inglaterra y que de mí como un castigo recibió aquella postal negra que representa Madrid de noche. Del buzón se deslizó hasta mí un retrato de la reina Isabel decrépita, o sea, "las bellezas de Londres" como Weidy lo había comentado. :-) Ok, estamos empatadas. :-) Después de averiguar que estoy sola en el piso, corro a aprovechar esa tranquilidad a la cama y además usurpo osadamente la manta del salón. Como he dicho, más calor hace afuera...
el sábado 30 de noviembre:
Los deberes pendientes con la fecha de entrega al final de mes+el descubrimiento de que noviembre no tiene 31 días=ninguna Alcalá. Máximo castigo, de verdad que sí. Por si fuera poco tengo hoy a las tres de la tarde acordado el café con Mirek, ese colega mío del partido Los Verdes, que está de visita cinco días en España. Dado que me levanté tarde (con la intención de reparar la energía para hacer los deberes, claro) no vale la pena ponerme con ellos ahora. Cuando a las dos llama Mirek me asusto pensando que me he equivocado con la hora. Él, al contrario, me comunica que no logra llegar a tiempo y tenemos que aplazarlo para las cuatro y media. Y yo que programaba mi cerebro para la actividad después de volver. Otros noventa minutos desperdiciados. Quedamos en el McDonald's más cercano. Comienzo la conversación diciendo que es una vergüenza tremenda que dos miembros del partido ecológico se encuentren en este fastfood asqueroso para a continuación llegar a saber que él ya no está en los Verdes. O sea, un ridículo solo para mí. Discutimos las novedades en el mundo de ferrocarril y su estado en España, ya que el transporte público es de lo que Mirek ahora vive y que a mí me interesa. Cuando llegamos al tema de Madrid, elogio esa sensación de la seguridad aquí. Mirek se dio cuenta de que además había camaras de seguridad en todas partes en las calles y yo -con la vista a la estación de Atocha- añado que aún ahora voy cayendo en la cuenta de por todo lo que los madrileños tuvieron que pasar después de los atentados en marzo de 2004. Después de una hora me despido y corro a casa para escribir rápidamente los deberes. O me está costando mucho o el reloj se ha vuelto loco. En un momento parecía que tendría que cancelar el concierto de hoy, originalmente anunciado para la medianoche detrás de Atocha, debido a los problemas técnicos al fin trasladado a la Sala Gloss en el barrio Goya y con el principio antes de las nueve y media. Pero al final formé algo, el resultado vergonzoso lo envié con descaro y corrí a algún lugar detrás del Palacio de Deportes para el concierto ansiado. Empezó con una voz del bafle diciendo que hoy ningún movimiento, ningún experimento de baile o canto serían ridículos. Es que Alamedadosoulna es una pandilla alegre de músicos increíbles que basan su actitud en la diversión. Para este evento el checo no tiene ninguna palabra adecuada. Algo asombroso. Regreso a casa a medianoche con un humor genial. "Vacunada" con la declaración del principio, bailo por las aceras hasta la puerta de entrada. Allí me acude a la mente el debate con Mirek sobre las cámaras omnipresentes. Taaarde. :-) En el piso sigo estando sola, leo un rato, pero luego me vence el sueño. La mirada al reloj me aclara todo – ajá, son las cuatro y media. ¡Y diciembre! ¡¡¡Ya estamos a diciembre!!!
Saluda
Kristýna "retrasada" desde Madrid
las fotos atrasadas para el 17.:
la sala en la que tuvo lugar el concierto del miércoles con muchos artistas; Amaral (Juan y Eva); Marwan en Galileo desde donde me fugué después de las diez; la postal de Weidy; un plato completo (una señal, jaja); el concierto de Alamedadosoulna con globos, los que también recibimos y teníamos que hincharlos al final del concierto y punzarlos con un palillo incluido, pero yo me lo llevé como un recuerdo. :-)
Y dos fotos del internet: la foto de Quique y de Leiva de los premios anuales de la revista Rolling Stone a los que pasé de largo; y la de Tuli, el saxofonista de Pereza (por eso a su lado están Leiva y Rubén) – fue él quién comentó mi carta diciendo que se trata de "una carta de segunda mano" ya que El Templo de Susu es una tienda de second hand :-) y también cuando no acompaña a Leiva toca en esa Alamedadosoulna – cuando él bailaba en la mesa estaba de él a una distancia de unos veinte centímetros. :-)))
K.
Comentarios
Publicar un comentario